EDITORIAL Columnas Editorial Caricatura editorial

Las palabras y las conciencias

Yamil Darwich

En los últimos días hemos estado leyendo y escuchando palabras y frases que representan la obnubilación de las conciencias de quienes las pronuncian y el intento de manipular las nuestras.

Frases que reflejan el sentir conciente o inconsciente de quienes las dicen y el manejo profesional de los mensajes, que muchas veces dejan sembradas ideas en quienes las escuchamos, que de formas muy exquisitas nos mueven a tomar partido y definir criterios sobre posturas en problemas de actualidad.

De esas frases y esas palabras he querido compartir con Ustedes algunas que dimensionan la magnitud y consecuencia de las afirmaciones hechas, que reflejan el estado de ánimo de quienes las pronuncian y nos mueven hacia la crítica y el temor por su significado, a sabiendas de que quienes las dicen son personas que administran poderes bastísimos.

Así vemos por TV y leemos en los periódicos a un George W. Bush, presidente de la nación más poderosa del mundo, que en referencia a su muy particular obsesión (sin que necesariamente esté equivocado de fondo) en eliminar a Saddam Hussein, dice: “Estados Unidos es amigo de los iraquíes. Nuestras exigencias se dirigen sólo al régimen que los esclaviza y nos amenaza”. Estas son palabras tomadas de un discurso televisado al pueblo norteamericano, en referencia a su insistencia en atacar militarmente a Iraq por poseer, a su decir, armas químicas y posiblemente nucleares; sin sustento firme dejan un mensaje oculto cuando se pronuncian solemnemente: “los esclaviza y nos amenaza” dejando sembrada la idea de que el Iraquí es un dictador al que no quieren sus gobernados y que amenaza a EUA, removiendo y manipulando el temor que tiene el ciudadano común después de lo acaecido el 11 de septiembre del año anterior.

Otra frase contundente: “¿para qué esperar, si tenemos las pruebas?”, sembrando una idea injustificada (que quizá no esté errada) al no mostrar ningún documento o evidencia firme de que Iraq posea el citado armamento, aunque dos horas más tarde del mismo día del discurso desde la Casa Blanca se difundieron fotografías aéreas con “flechitas” que marcan las fábricas de las citadas armas, así, nada más y porque sí.

También dijo: “si sabemos que Hussein tiene armas peligrosas de destrucción, como lo sabemos, ¿tiene sentido esperar a confrontarlo cuando sabemos que se está haciendo más fuerte? ... “si no se ataca a Iraq el riesgo es muy grande para los Estados Unidos”. Otra vez pronuncia afirmaciones sin sustentarlas con pruebas y de nuevo manipula a las conciencias en base al temor. La última frase no tiene desperdicio, si del estudio de significados y neurolingüística se trata: “el problema fundamental con Iraq sigue siendo la naturaleza del régimen, Saddam Hussein es un dictador homicida, adicto a las armas de destrucción masiva”.

Otro caso útil para nuestra reflexión es el de Ariel Sharon quien declaró en relación a los últimos ataques a los palestinos: “la operación complicada que efectuamos fue un éxito y habrá otras operaciones antiterroristas de este tipo en Gaza”. Para su desgracia, la radio militar israelí indicó que no eran activistas importantes los 14 muertos y que ninguno pertenecía a Hamas.

El comandante israelí del sector de Gaza, un general llamado Ziv dice: “los muertos eran hombres armados que atacaron a nuestros soldados con armas automáticas y granadas”, afirmación sin más sustento que las propias palabras pronunciadas y que se contraponen con las imágenes vistas por la televisión, donde inclusive se ve a menores palestinos lanzando pedradas e insultos a los tanques de guerra.

Vale la pena decir que la respuesta de Hamas es igualmente brutal: “¡Sharon, prepara las mortajas para tus soldados y colonos!”; “todos los israelíes son asesinos, no hay ni un inocente entre ellos”, frases que denotan sentimientos de odio, impotencia, desesperación, sed de venganza, pérdida de objetividad y serenidad.

Ciertamente el problema de Oriente Medio refleja la situación actual del mundo y los intereses materiales que mueven a sus líderes, que tratan de hacer “un buen papel” y alcanzar reconocimiento y hasta gloria; ya es manifiesta e impostergable la necesidad de encontrar formas más justas y equilibradas de existencia con base en la razón más que en la fuerza, con inteligencia más que con brutalidad, y sobre todo con el reconocimiento de que el mundo no puede seguir así, teniendo que buscar cómo alcanzar mayor igualdad entre los humanos y menos separación entre ricos y pobres. Lo invito a que haga conciencia y que tratemos de identificar la manipulación que intentan hacer de nuestras conciencias a través de las palabras. ydarwich@ual.mx

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 4829

elsiglo.mx