Cuando Ken y Abbe Hitchcock decidieron terminar su matrimonio de 18 años, su propósito prioritario era evitar que los hijos vieran las situaciones desagradables y las recriminaciones que a menudo tienen lugar cuando una pareja se divorcia.
"No queríamos tomar parte en un enfrentamiento de mi lado contra el de ella", dijo Hitchcock, vicepresidente de una compañía de urbanización y construcción de departamentos. "No queríamos ser innecesariamente crueles o causar más dolor y sufrimiento de lo que ya había".
La dolorosa experiencia que se asocia con el divorcio ha causado que algunas parejas y sus abogados adopten un modelo legal relativamente nuevo para lograr que las negociaciones de divorcio sean más justas y benéficas para las parejas. Se conoce como "Ley familiar colaboradora" o divorcio colaborador".
La ley colaboradora es un proceso que tiene la meta de lograr que el divorcio sea menos enconado y más cooperativo entre las partes.
Los abogados que practican la ley colaboradora dicen que es una alternativa nueva para el sistema legal estadounidense que se basa en adversarios que combaten en un juzgado.
"Las personas quedan más felices con sus resultados", afirmó Janet Brumley, socia de Verner & Brumley en Dallas. "Es en relación con el sentido de control que se tiene donde es mucho mejor la ley colaboradora. En lugar de que abogados y jueces tengan el control, éste queda firmemente establecido en el marido y su esposa."
En un divorcio colaborador, la pareja y sus abogados firman un contrato, con el que consienten disolver el matrimonio y llegar a un acuerdo sin litigar, en una forma que no sea como adversarios. Si no pueden lograrlo y si alguno de ellos desea litigar, ambos abogados se retiran y las partes deben contratar nuevos abogados para que los representen.
La meta es dar a ambas partes un incentivo para que lleguen a un acuerdo.
El divorcio colaborador también tiene un enfoque de equipo, introduciendo profesionales, como planificadores financieros de divorcios y especialistas infantiles para ayudar a la pareja a alcanzar un arreglo tan justo como sea posible para ellos y para sus hijos.
"Toda la idea es que si existe una forma de lograr un acuerdo justo para las partes y minimizar los daños para el patrimonio financiero y el de las relaciones, vale la pena intentarlo", expuso John McShane, abogado de leyes familiares y cofundador del Instituto de Ley Colaboradora de Texas, fundada en Dallas, que entrena a los abogados en este modelo legal. "Es un instrumento valioso de la caja de herramientas del abogado y al menos se debe ofrecer a los clientes."
Texas ha estado a la vanguardia del movimiento de la ley colaboradora, convirtiéndose en el primer estado (y aún el único) en poner vigor un estatuto de ley colaboradora, que entró en vigor en septiembre pasado.
Esta ley obliga a todas las partes, incluyendo a los abogados, a firmar un acuerdo de que harán todo lo posible por llegar a un acuerdo sin emplear el área judicial... excepto para aprobar el acuerdo.
Los abogados que practican la ley colaboradora atribuyen su elaboración a Stuart Webb, abogado de ley familiar de Minneapolis, quien empezó a practicar la ley colaboradora en 1990.
Webb explica que concibió el modelo de ley colaboradora después de hartarse del método tradicional para manejar los divorcios.
Así que se declaró un abogado de ley colaboradora en 1990.
Afirma que el acuerdo de los abogados de retirarse del caso si los clientes deciden ir a juicio es un elemento clave del divorcio colaborador.
Noventa y cinco por ciento de los divorcios colaboradores terminar con un acuerdo, afirma Brumley, la cual representó a Hitchcock.
También puede ser menos costoso seguir la ruta colaboradora. Brumley informó que el costo de la ley colaboradora a nivel nacional es de cerca de una tercera parte del costo de los casos con litigio.
Aunque no todos están de acuerdo.
"El costo promedio de un caso de ley colaboradora, en promedio, es el mismo que si se hubiera manejado en la forma tradicional", afirmó Ike Vanden Eykel, socio de Koons, Fuller, Vanden Eykel & Robertson, en Dallas. "Los abogados aún realizan el mismo esfuerzo, es sólo que lo hacen en una forma diferente y menos combativa."
Las personas que se comprometen en un divorcio colaborador ya han decidido que desean ser justas, expresó Maggie Tolbert, planificadora financiera y de divorcios certificada de Dallas.
La idea es que lleguen a un arreglo justo, señala George Parker, abogado de Abbe Hitchcock.
© 2002 The Dallas Morning News