SUN-AEE
MODENA, ITALIA.- El mito estaba descansando en el sofá de su casa. El tenor en esta, su tierra natal, se vuelve hombre. El de las cuerdas vocales besadas por Dios aquí es el hijo del panadero Fernando Pavarotti.
La decoración de su casa es sobria. Muebles modernos de colores pálidos. El interior no parece habitado por una leyenda. El único elemento que nos recuerda que su voz de trompeta sonó ya en la eternidad es su busto esculpido en bronce en el jardín.
-Maestro, ¿es consciente de su inmortalidad? “Esas son palabras mayores. Es una exageración. Pero el hecho de ser amado por el público es algo muy bello, casi el paraíso”.
La entrevista se realizó en su hipódromo privado de 50 hectáreas, donde se llevaba a cabo El Pavarotti International, su concurso hípico. Caballos de raza, con paso fino, vencen los obstáculos.
Mientras transcurre la competencia dice: “Así somos los tenores, una carrera llena de tropiezos, pero sólo los mejores llegan”.
-Y usted, ¿ya llegó? “Yo estoy de regreso. Mi mayor conquista es la de haber llevado la música a toda clase de gente. La música es de todos, no debe haber elegidos, no hace falta ser genio para comprenderla”.
Mientras observa la premiación, tararea La donna é mobile. Su murmullo es sensual.
Sin esfuerzo origina la música en las tripas, la pasa por el alma y después la melodía fluye.
La entrevista se realiza también para televisión. El tenor le ordena al fotógrafo enfocarlo de perfil y alejar la cámara cinco metros de distancia -así lucirá más delgado-, la maquilladora le coloca polvos opacos en el rostro y brillo en los labios. Le peina las cejas, un poco de laca en el cabello. “Sono pronto”, dice. Pide silencio para la entrevista.
-Si no hubiera sido tenor, qué le hubiera gustado ser? “Fui maestro de escuela en 1956. Ganaba tres dólares y medio mensuales. Para pagar las lecciones de vocalización vendí seguros..., no lo sé”.
-Usted tuvo una infancia pobre, ahora es millonario y ultrafamoso. ¿Qué importancia tiene el dinero en su vida? “La pobreza en carne propia no la viví. Mi padre y mi madre trabajaban. Pero, ¿de qué sirve el dinero si no tienes salud? Si eres rico y no tienes amor eres el más pobre entre los pobres.
-Amor a usted le ha sobrado, siempre lo hemos visto rodeado de una corte de mujeres. “Las mujeres han sido fundamentales en mi vida y en mi carrera. Mis dos abuelas, mis tres hijas, mis tías, mis cuñadas, mis ocho secretarias, mi actual compañera, para no hablar de ciertas señoras que me iniciaron en el mundo de la lírica. Ellas me han consentido, guiado, dirigido orientado.
-A usted lo llaman “El Mago de la Lírica”. Sacó la ópera del escenario y la llevó a las plazas, los parques y las arenas con billetes que van desde los 100 dólares hasta los mil 800. ¿Esta es “la comercialización de la lírica”? “Y gracias a Dios que existe. Estoy muy orgulloso de haber llevado la lírica a lugares impensables. Se trata de la buena comercialización. Si usted piensa que la ópera, tan llena de argumentos antiguos, la hemos vuelto tan popular como el pop, debe admitir que se trata de algo grandioso”.
Su contribución al mundo de la música
Luciano Pavarotti ha causado un impacto inmenso en el mundo de la música clásica, ampliando sus horizontes y atrayendo a innumerables seguidores. Gracias a su voz conmovedora y a su personalidad, el apellido “Pavarotti” se ha convertido en una palabra de uso habitual, sinónimo de los más altos parámetros de calidad en la actualidad.
-Nacido en Módena, Italia, el 12 de octubre de 1935, primogénito y único hijo varón de un panadero.
-La primera vez que cantó fue en el Coro de Módena, junto con su padre, un amante ferviente de la ópera y un prometedor tenor amateur.
-Su debut, en el que actuó como Rodolfo en la Bohéme, tuvo lugar el 29 de abril de 1961 en el teatro de Reggio Emilia.
-No obstante, fue en 1972 cuando nació el fenómeno Pavarotti, en una producción de “La fille du régiment” en el Metropolitan Opera de Nueva York.
-En lo que se refiere a su educación musical, Pavarotti estudió para aprender sin llegar a tocar un instrumento. “Creo que soy un músico de instinto y no de teoría, poseo una musicalidad instintiva, más no soy un verdadero músico que reflexiona largamente sobre el por qué de que una nota siga la otra”.
-Pavarotti tiene como hábito dormir todo lo que puede. Come de manera ligera, pero de manera muy nutritiva, ejercita la voz tres o cuatro veces al día.
FUENTE: Agencias.