Reuters
BOGOTÁ, COLOMBIA. Un juez de Colombia ordenó ayer la libertad de los máximos jefes del cártel de las drogas de Cali, los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, encarcelados desde 1995, en un decisión que causó sorpresa en el gobierno.
“La decisión que se toma es un auto interlocutorio porque los hermanos Rodríguez Orejuela han cumplido los requisitos que exige la ley y éstos son haber cumplido tres quintas partes de la pena y haber tenido un comportamiento social correcto en prisión”, dijo el juez Pedro José Suárez.
“Por eso, hemos emitido la boleta de libertad que está siendo verificada con las autoridades carcelarias”, explicó el funcionario judicial. La liberación de los Rodríguez Orejuela podría producirse en las próximas horas, pero no podrán salir del país.
El cártel de Cali fue considerado por Estados Unidos, que buscó la extradición de los Rodríguez, como la mayor organización de narcotraficantes del mundo que en su apogeo controló un 80 por ciento del mercado mundial de la cocaína.
El primer jefe del cártel de Cali que fue capturado por la policía colombiana, con el apoyo de la Dirección de la Lucha contra las Drogas de Estados Unidos (DEA), después de una cacería de meses, fue Gilberto Rodríguez Orejuela, de 63 años, en junio de 1995.
Dos meses después las autoridades capturaron a su hermano Miguel, de 59 años. Los dos acusados jefes del narcotráfico fueron capturados en la ciudad de Cali, capital del departamento del Valle, 250 kilómetros al suroeste de Bogotá.
Después de las detenciones de los hermanos Rodríguez Orejuela, otros líderes de ese cártel se entregaron en forma voluntaria a las autoridades o fueron capturados, quedando desarticulado dicho cártel.
Presidente Uribe sorprendido
Estados Unidos pidió a Colombia la extradición de los Rodríguez luego de su captura, pero el gobierno del entonces presidente Ernesto Samper, acusado de haber financiado la campaña que lo llevó al poder con dinero del narcotráfico, la negó debido a que la Constitución lo prohibía.
Sin embargo, el propio Samper impulsó en el Congreso una reforma que permitió el restablecimiento de ese mecanismo jurídico en 1997 y que estableció que no podía aplicarse en forma retroactiva.
Gilberto Rodríguez fue condenado inicialmente a 15 años de cárcel y su hermano Miguel a 17 años. Pero ambos recibieron reducción de sus sentencias por acuerdos con la justicia en los que confesaron sus delitos. Adicionalmente recibieron otros beneficios por estudios y trabajos realizados en la cárcel.
Estados Unidos, el principal aliado de Colombia en la lucha contra el narcotráfico, siempre expresó reservas y temores de que los jefes del Cártel de Cali no recibieran una condena severa y quedaran en libertad después de algunos años.
La decisión del juez causó sorpresa en el gobierno del presidente Álvaro Uribe, quien convocó de inmediato a una reunión de emergencia a su ministro de Justicia, Fernando Londoño, y a otras autoridades.
“Es una decisión que nos toma por sorpresa”, declaró el mandatario a periodistas.
El fiscal general de la nación, Luis Camilo Osorio, anunció una revisión a la decisión del juez y dijo que si quedan libres “sería una demostración de no cumplimiento de una orden judicial”.
Los Rodríguez Orejuela permanecen actualmente confinados en una cárcel de alta seguridad ubicada en el municipio de Combita, en el departamento de Boyacá, en el centro del país.
Luego del desmantelamiento de los cárteles de Cali y de Medellín, que lideró el extinto narcotraficante Pablo Escobar, pequeños grupos de narcotraficantes llenaron esos vacíos junto con la guerrilla y los grupos paramilitares de ultraderecha.
Uribe impulsa una campaña para contener el narcotráfico, que alimenta la guerra interna que azota este país de más de 40 millones de habitantes y que dejó 40,000 muertos en la última década.