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MOSCU, RUSIA.- Fuerzas especiales rusas tomaron el teatro donde chechenos retenían a cientos de rehenes, mataron al cabecilla rebelde y liberaron a los cautivos.
Decenas de cuerpos fueron retirados poco después que fuerzas especiales rusas y bomberos entraron al edificio.
Un fotógrafo vio los cuerpos y también vio a personas, algunas de las cuales parecían estar inconscientes o en estado de shock, cuando las llevaban a bordo de varios autobuses.
Serguei Ignatchenko, un vocero del Servicio de Seguridad Federal, dijo que la mayoría de los rebeldes habían muerto. Dijo que la operación para liberar a los rehenes comenzó cuando los rebeldes chechenos empezaron a ejecutar a los cautivos.
El presidente de Rusia Vladimir Putin estaba al tanto y seguía los sucesos, informaron agencias noticiosas rusas.
Los heridos fueron evacuados en ambulancias. Las autoridades buscaban a los rebeldes que hubieran podido escapar.
Previamente, funcionarios dijeron que dos rehenes murieron y dos resultaron heridos. Dos mujeres escaparon cuando soldados con fusiles de asalto empezaban a avanzar hacia el teatro.
Después de las dos muertes, las autoridades se comunicaron telefónicamente con los rebeldes, pero dijeron rápidamente que las negociaciones habían fracasado.
Movsar Barayev, un joven caudillo que heredó una banda de rebeldes de su tío, el tristemente célebre Arbi Barayev, había conducido el grupo de cincuenta hombres y mujeres fuertemente armados que tomó el teatro el miércoles pasado, en un asalto audaz apenas a 4.500 metros del Kremlin. Barayev murió durante el operativo de rescate.
Todo esto sucedió poco antes del amanecer del sábado, el plazo que habían puesto los rebeldes para empezar a matar rehenes si Rusia no cumplía su exigencia de declarar el fin de la guerra en Chechenia y retirar sus tropas.
La crisis comenzó el miércoles a la noche cuando medio centenar de rebeldes, entre ellos mujeres que decían ser viudas de guerra, tomaron el teatro. Desde el comienzo los rebeldes dijeron que estaban dispuestos a morir y a llevarse consigo a los rebeldes.
El viernes, el presidente Vladimir Putin prometió que los rebeldes no serían muertos si liberaban a los cautivos.