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Licencia para robar

Xavier Massimi

La Suprema Corte de Justicia, sentenció, hace tiempo que los contratos firmados para la fabricación de varias termoeléctricas, apoyándose en una ley publicada por el Ejecutivo, son ilegales, porque violan la exclusividad que la Constitución otorga a la CFE para la producción de fluido eléctrico.

A pesar de esta sentencia, el hecho real es que las centrales están funcionando y le están vendiendo a la CFE. Su operación es ilegal.

Quedan dos alternativas; comprar las centrales, para lo que México no tiene recursos, o cambiar la Constitución para que sea legal la producción privada de electricidad.

Por otra parte, México a mediano plazo, necesita producir más electricidad para poder crecer, pues si esto no sucede en unos años tendríamos que enfrentar apagones y desabasto.

El año pasado el Ejecutivo mandó a las cámaras un proyecto que contemplaba la posibilidad de cambiar la Constitución para desarrollar la industria eléctrica. La propuesta fue rechazada.

Parecería que las cosas están cambiando.

La semana pasada el sindicato de la CFE reconoció que es urgente hacer la reforma eléctrica y básicamente cambiar la Constitución, para permitir la producción privada de electricidad.

Ahora hay grupos de legisladores de los tres partidos grandes que apoyan la idea de cambiar la Constitución para legalizar la situación de las termoeléctricas privadas y para permitir la construcción de nuevas centrales asimismo privadas que le vendan el fluido eléctrico a la CFE. Hay posibilidades de que las reformas se aprueben en la sesión legislativa que está en curso.

El PRI acaba de presentar un proyecto alternativo al presupuesto para el 2003. Eeste proyecto fue preparado por especialistas (incluyendo a ex secretarios de Hacienda) y al analizarlo llama la atención la cercanía que tiene con el presupuesto que el Ejecutivo mandó a las cámaras.

Estas son buenas noticias, porque la discusión entre dos proyectos parecidos representan posibilidades de aprobación consensuada, sin esperar que los jaloneos perduren hasta el último minuto de la actual sesión legislativa.

Hay dos puntos en que hay diferencias: el proyecto del PRI presupone un crecimiento del PIB para el 2003 del cuatro por ciento, mientras que el presidencia supone un tres por ciento, el gobierno proyecta un precio promedio del petróleo de 17 dólares por barril, mientras que el PRI supone 18 dólares por barril.

En donde hay mayor discrepancia es en la recaudación: el PRI supone que con un mejor sistema se podría aumentar la recaudación en 100 mil millones de pesos, sin causar repercusiones en la inflación, aceptando al mismo tiempo que la inflación sea del cuatro por ciento cuando el proyecto gubernamental tiene como meta el tres por ciento.

Pemex está anunciando que en el 2003 trabajará en 12 campos de exploración y en dos de explotación, construyendo plantas para el tratamiento de gas y se anuncia, además, la construcción de un gasoducto internacional para importar por él la mitad del gas que México está importando.

Una vez más aparece la ingente y urgente necesidad del crecimiento de Pemex, y la incapacidad de la empresa para crecer. Se habla de apenas 129 millones de pesos para esas dos plantas y el oleoducto será construido por una empresa extranjera aumentando la deuda de la paraestatal.

La empresa OSRAM, filial de Siemens está construyendo una fábrica en Apodaca, N.L., para producir elementos eléctricos y electrónicos. En un futuro cercano, ya que esté en operación la primera sección de la planta cerrará a su vez una planta de Estados Unidos y la traerá a México para tener aquí todo el complejo fabril.

Ya se iniciaron las negociaciones para el TLC con Japón. Son las etapas preliminares: cómo van a organizarse los comités, cuáles van a ser los parámetros de la discusión, qué ámbitos se van a abarcar, etc. Se piensa que el Tratado esté listo para fines del 2003. La participación de Japón en el mercado mexicano se sitúa, fundamentalmente en las industrias electrónica y automotriz y para México estará en productos agropecuarios: frutas, verduras, carnes y azúcar. En este momento el déficit que México tiene con Japón es muy grande. Una de las ventajas del TLC estriba precisamente en disminuirlo y eventualmente hasta eliminarlo (en lo que va del año México tiene un superávit comercial con Estados Unidos de 4,000 millones de dólares ).

La producción automotriz sigue creciendo en el mercado interno. A octubre se habían vendido en México 790,000 vehículos y hay quienes dicen que podemos cerrar el año con un millón. Esto equilibra la disminución de exportaciones automotrices hacia Estados Unidos (Volkswagen planea disminuir su producción de exportación en 40,000 unidades debido a la débil demanda del mercado americano).

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