VENECIA, Italia.- Alejandro González Iñárritu y diez cineastas más presentaron ayer en la muestra de Venecia, su visión de los ataques terroristas ocurridos hace un año en Estados Unidos y su repercusión mundial, trabajo que al parecer ha recibido el aplauso más prolongado por parte del público.
El proyecto “11”09””01-Septiembre 11”, incluye 11 cortometrajes de directores como el británico Ken Loach, el bosnio Danis Tanovic, la india Mira Nair y el actor estadounidense Sean Penn, quienes tuvieron total libertad artística para plasmar en la pantalla el “martes negro” que cambió la historia de la humanidad.
En entrevista exclusiva, el director de Amores perros habló por primera vez de lo que experimentó al revivir ese día mediante su cortometraje que fue musicalizado por el Kronos Quartet.
- Antes de que decidiera sobre la película que le gustaría hacer, ¿quiso ver de nuevo las imágenes televisivas del ataque y la caída de las Torres Gemelas? ¿Con qué propósito?
- La imagen que inspiró la película fue aquella que vi el día de los eventos, cuando un hombre, vestido de rojo, estaba cayendo del edificio. Me pregunté lo que ese hombre estaba pensando. El proceso de buscar esta imagen me obligó a que viera, una y otra vez, toneladas de material, tanto que de hecho ni siquiera se puede imaginar.
- ¿Cómo reaccionó de nuevo a estas imágenes, primero, en la TV, segundo, un año después? ¿Diría usted que su percepción de ellas realmente es la misma o muy diferente hoy? ¿Por qué?
- Como con todo, cuando uno se encuentra expuesto a las cosas, empieza a perder su sensibilidad y respuesta a ellas. Es exactamente lo que pasa cuando ves las noticias en televisión... el poder de asombro se pierde. En otras palabras, pierdes tu inocencia. Pero algunas de estas imágenes son tan poderosas que puedes verlas mil veces, pero cada vez te tocarán de diferente manera.
- ¿Cómo resumiría lo que esas imágenes “dicen” hoy? ¿Cuáles le gustaría para comentar en particular?
- De todos los centenares de horas de material en existencia de ese día, pensé que necesitaría más imágenes. Nosotros ya las hemos visto mil veces. Por eso sólo incluí dos imágenes en toda la película, usándolas en fracciones de segundo, y como una metáfora de nosotros mismos. La primera imagen es de un ser humano cayendo, la cual repito muchas veces y que para mí representa la raza humana, la humanidad, cayendo profundamente como una representación de Icaro. La otra imagen es de la torre colapsándose, que para mí representa el colapso de la civilización, el derrumbamiento del sueño global como la Torre de Babel en la que todos estábamos hablando y ya no nos entendíamos.
- ¿Por qué quiso incluir esas imágenes en su cortometraje? ¿Y ésas en específico?
- Como lo expliqué, siempre sentí que las imágenes ya estaban muy expuestas e impresas en nuestros cerebros y recuerdos. Pensé que usando una pantalla completamente negra con sólo los sonidos, harían a las personas sacar sus propios recuerdos, percepciones y emociones de ese día. Al mismo tiempo, el negro es el color del duelo, el color del silencio, como un tributo para todos aquellos que murieron ese día. Estaba tratando de ubicar al público en el punto de vista de aquellos que estuvieron en los edificios y aviones, en completa oscuridad, y de tener una oración colectiva y meditación de los eventos a través sólo de los sonidos. La transición al blanco representa la esperanza y redención que aprendí de aquellos que dejaron mensajes que aun cuando ellos estaban pasando por un gran dolor físico y emocional, fueron más allá de eso, dejando mensajes de amor. En un segundo tu vida puede cambiar
- ¿Tiene algún comentario qué hacer respecto de esas imágenes que pudiera significar algo en específico para usted como cineasta?
- Siempre he estado interesado en lo vulnerable que somos y cómo en una fracción de segundo, en el día menos esperado, tu vida puede cambiar para siempre. Ese día impredecible, pienso que reafirma nuestra vulnerabilidad y afecta a cada ser humano en diferentes formas. El otro punto es que, como cineasta, las imágenes que vimos ese día me confirma lo lejos que está nuestra imaginación de la realidad, siendo ésta más grande y superior de lo que podemos imaginar.