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Los acuerdos/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Es la hora de los acuerdos. Atendamos ese reclamo social”. Vicente Fox

Los priístas ya dieron señales muy claras de lo que piensan de los acuerdos políticos que pidió el presidente Fox en su informe del pasado 1 de septiembre. Este 11 de septiembre los diputados de ese partido se salieron de la comparecencia en la Cámara del secretario de Gobernación Santiago Creel. Por otra parte, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, controlado por el PRI, tiene emplazada a huelga a Petróleos Mexicanos para el próximo 1 de octubre. Y el Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno del Distrito, también del PRI, ha amenazado con paralizar el gobierno de la capital federal el próximo 17 de septiembre, día del informe del jefe de gobierno, el perredista Andrés Manuel López Obrador.

El que el PRI se niegue a dialogar con el gobierno federal, o a buscar los acuerdos que el país necesita para salir adelante, es de alguna manera comprensible. Un grupo muy fuerte dentro del priísmo ha decidido que prefiere apostar a la parálisis política económica del país si eso le permite argumentar en las elecciones del 2003 y el 2006 que el experimento de alternancia ha fracasado por lo que es imprescindible que la gente vote nuevamente por el PRI.

Pero lo patético del caso es que el chantaje no tiene nada que ver con una estrategia electoral. De manera desfachatada los priístas han decidido defender a los líderes petroleros acusados de haber participado en un desvío de fondos de Pemex. “El PRI, con toda su fuerza, apoyará a esta organización gremial (el sindicato petrolero) y a sus dirigentes” señaló el miércoles el vocero priísta Carlos Jiménez Macías. Ésta es otra manera de decirle al gobierno que, si quiere acuerdos políticos, tendrá que garantizar la impunidad de quienes presuntamente saquearon el patrimonio de Pemex.

Me queda muy claro que en México nadie debe ser considerado culpable hasta que no se compruebe legalmente su responsabilidad. El diputado Carlos Romero Deschamps y el senador Ricardo Aldana son inocentes en tanto que no se demuestre que efectivamente participaron en un desvío ilegal de dinero de Pemex al PRI. Pero una cosa es la presunción de inocencia y otra muy distinta que estos líderes petroleros se protejan detrás del fuero legislativo para evitar que se les investigue.

Con anterioridad el PRI había mantenido una posición más abierta en este caso. Tanto Roberto Madrazo como Beatriz Paredes, quienes contendieron a principios de año por la presidencia del partido, declararon en su momento que el partido no estaba para proteger a delincuentes. Invitaron a las autoridades a realizar las investigaciones pertinentes, aun cuando advirtieron que no tolerarían la politización del caso. Sin embargo, ahora es el propio partido el que está politizando el tema: De ahí la amenaza: o se protege a los líderes petroleros o que se caiga el país.

Una actitud similar está presente en la amenaza del sindicato del gobierno del Distrito Federal de paralizar la administración capitalina el día del informe de Andrés Manuel López Obrador. Este sindicato está actuando así en buena medida para proteger al diputado local priísta Fernando Espino, cabeza del sindicato de trabajadores del Metro, contra el cual se han presentado acusaciones penales por haber paralizado el funcionamiento de dos líneas del Metro el pasado 8 de agosto. Nuevamente la táctica del PRI es proteger a los presuntos responsables y utilizar la fuerza de los sindicatos como arma de chantaje.

La estrategia del PRI, sin embargo, es sumamente riesgosa. La idea de que los ciudadanos regresarán a votar por el PRI si este partido le hace un daño suficientemente grande a la economía nacional es falsa. La enorme mayoría de los mexicanos no se interesan demasiado por la política: entienden que los políticos son corruptos y lo único que quiere es que se les deje trabajar.

Si los mexicanos se dan cuenta de que el PRI está asumiendo una posición de chantaje a los gobiernos surgidos de otros partidos, aprovechando el control que mantiene sobre los sindicatos, el resultado puede ser que, en lugar de que se acerquen nuevamente al PRI, lo rechacen de manera definitiva. Y esto sería un problema enorme para nuestro país, ya que el PRI, si quisiera, podría ocupar el lugar en el centro que tanta falta le hace a nuestro espectro de partidos políticos.

Panistas

Los panistas no cantan mal las rancheras. Si los priístas se retiraron del pleno en protesta, 76 diputados panistas simplemente no se presentaron a trabajar el 11 de septiembre después de cuatro meses de vacaciones. Y la verdad es que poco sustento moral tienen los panistas para protestar por el acto de los priístas ya que ellos hacían lo mismo durante los gobiernos priístas.

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