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Los intocables/Del tintero

Fidencio Treviño Maldonado

La riqueza explicable de la que son objeto todos los líderes de los sindicatos corporativistas en México es obvia, tangible y aún vigente. Utópicamente en nuestro país los sindicatos obreros, burócratas y demás filiales, son, aunque parezca increíble para usar al afiliado en ominosas costumbres y un abuso de poder que espanta, el sindicalismo nacionalista y charro está estructurado y cimentado en sofismas y entre patrones y líderes viven el mundo feliz.

Es difícil buscar e imposible encontrar, un parámetro para saber y medir, en cuál de los grandes sindicatos que campean en la República existe más corrupción, si en el de Pemex, del IMSS, en el STUNAM, el de los Electricistas, el SNTE, la mala y prostituida madrastra de los obreros llamada CTM, el de los Mineros, donde Napoleón Gómez Sada, heredó el “trono” a su hijo; o cualquier otro de los más de 100 que existen y algunos fueron o son simples promotores de la pobreza y rémoras del PRI. La caparazón de los líderes hasta hace poco estaba a buen resguardo por las leyes escritas y sólo conocidas por sus apoderados, entre las que destaca un artículo que da amplia ventaja al líder en turno y dice que “ninguna autoridad que no pertenezca al mismo sindicato podrá pedirle que rinda cuentas”... De ahí aquella ocasión que el orgullo de los priístas Carlos Salinas de Gortari hiciera la jugarreta al ex líder corrupto Joaquín Hernández Galicia alias “La Quina” dueño absoluto en ese entonces de Pemex. Como salinas no le podía llegar por el lado del sindicato, por cuotas, venta de plazas, de cuerpos y almas, adjudicaciones de obras, etc., el “Matagatas” Salinas, le sembró armas y le endilgó por ahí uno o dos muertitos y al bote, (cualquier parecido con Al Capone es mera coincidencia, acuérdense mis 4 lectores que el gángster de Chicago fue encarcelado por evadir impuestos, no por contrabando de licor o por el delito de crimen organizado).

El corporativismo más puro y corrupto del sindicalismo charro es el que llevó al desastre a la nación, que lejos de lograr sustentos para el afiliado a X sindicato sólo propició que los líderes se enriquecieran y se afirmaran en el poder y el afiliado era (lo es) un voto cautivo por decreto del PRI, aunado a las porras acarreadas y cuotas despilfarradas a destajo en aras del poder. Tal vez los centavitos que entre funcionarios líderes de Pemex se “robaron” porque no se le puede llamar de otra manera lo que hacen esa caterva de truhanes y gamberros (robo a la nación simple y llana sin rodeos) y digo centavitos, porque desde décadas otros sindicatos “robapesos”, el caso del SNTE con una afiliación de casi dos millones de trabajadores de la educación en manos de sempiternos guías morales, al grado que tienen en sus manos a la misma SEP. Un promedio de 20 pesos quincenales de cuota sindical por miembro afiliado al SNTE (concepto 58 en el estado de Coahuila) lo que suma aproximadamente, pesos menos, pesos más, 35 millones cada quince días, al mes 70 millones, nos podemos imaginar al año lo que juntan estos pobres líderes de los maestros.

Primero fue Carlos Jongitud Barrios, aquél de la nefasta corriente “Vanguardia Revolucionaria”, que hasta se obligaba los “pobresores” a cantar su himno en cada reunión sindical. El presidente y orgullo de los priístas Carlos Salinas de Gortari, quita a Jongitud y pone a Elba Esther Gordillo, la profesora rural más rica del mundo (el profesor rural” más rico fue Carlos Hank González, no confundir) y hasta la fecha sigue tan campante manejando lana del SNTE a su antojo, inclusive ocupando la secretaría del PRI a nivel nacional ¿alguien por ahí le podrá hacer alguna vez una auditoría...? ¿quién llamará a estos líderes a cuentas? La contestación es simple y clara, NADIE y nunca pasará...

Lo mismo sucede con Francisco Hernández Juárez, líder eterno de los Telefonistas y miembro de la UNT Unión Nacional de Trabajadores, qué decir del sindicato de los Electricistas, con “La Güera” Rodríguez Alcaine, o con los Gómez Sada que se heredaron el puesto como principado de los mineros, Ayala en la FSSTE, etc. Todos inmersos en corruptelas muy cuestionables, ¿cómo estará la cosa? que Carlos Romero Deschamps, líder de los petroleros es un simple “aviador” de esta empresa paraestatal, sin duda el surrealismo paradójico más utópico del mundo que sólo se da en nuestro México, lindo y querido—-diría André Bretón.

Parásitos INTOCABLES son estos personajes, llamados líderes, que entre racimos de micrófonos y gruesas cortinas de “guaruras” llevan a cabo la venta de fuerza ajena y entreguismos al servicio del mejor postor, amasando fortunas, cometen atrocidades y juegan con la miseria de los verdaderos constructores del país que son los trabajadores. Si la ciencia ficción pudiera realizarse resucitarían Demetrio Vallejo y Valentín Campa, y se volverían a morir, pero de coraje y vergüenza.

En su mayoría los sindicatos en México, además de intocables, son simples agencias de colocaciones... pero de los parientes de los líderes y no en raras ocasiones negocios de familia.

Los obreros tienen la palabra.

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