La voz que clama en el desierto es el quejido de millones de pensionados y jubilados, gente que creyó y amó a México, trabajadores que ahora exprimidos y fungibles son relegados por los funcionarios del sistema, un Estado tamizado por la globalización, donde los jubilados y pensionados desamparados deambulan en nebulosas ventanillas implorando y buscando tan siquiera una justificación del porqué les tocó bailar con la más fea, si ellos construyeron lo que es México. Sueldos irrisorios son los que perciben, que hasta se antojan increíbles y lo más inadmisible es que nadie de la cúpula nacional mueve un dedo para remediarlo, ni el sector empresarial, los sindicatos, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), el Poder Legislativo o el mismo Ejecutivo, esperar algo al respecto de los líderes, es toda una “pesadilla guajira”.
La soberbia sobresale en las dos instituciones formadas y estructuradas para servir a los mexicanos, como son el ISSSTE y el IMSS, monstruos monopólicos envueltos en una burocracia aterradora y unas arcas saqueadas por mafias que se apoderaron de ellos y como respuesta actual sólo el presupuesto ya no da, cualquier parecido con la obra “Las preciosas ridículas” de S. Moliere, es mera coincidencia por lo ridículo. Pensiones de $835.00 pesos al mes, otras más “jugosas” de $1,200.00 pesos. En el D.F. Manuel López Obrador les regala algo así como $600.00 pesos para la compra de alimentos a personas mayores de 70 años, sin duda un buen rasgo del Tabasqueño. El ISSSTE con un padrón de nómina de pensionados de 435 mil 199 en todo el país, el IMSS con un número triple aproximadamente, pero más allá de que el número aumente o se reduzca por efectos de la edad o por decesos, la indolencia e ineficiencia que campea en las dos instituciones y la misma burocracia hace imposible penetrar en el mar de pretextos para seguir navegando en la corrupción, amén del mal manejo que se ha dado desde sexenios anteriores con sus directores, que fueron unas verdaderas ratas de larga cola y cuyos puestos de jefes se les otorgaban como premio a la obediencia del devastador y anacrónico partido PRIista.
Largas y amorfas filas de pensionados y jubilados aún se ven ante ventanillas o a las puertas de alguna institución bancaria con las inclemencias del tiempo, propias de la época del año para cobrar la escuálida limosna del supuesto logro gubernamental. La falta de atención, la marginación y leyes arrumbadas hacen estragos en este grupo, aunado al desgaste que conlleva la burocracia propia de estas instituciones. Por muchas vueltas que los funcionarios le den al asunto de pensionados y jubilados no pueden hacer nada contra la corrupción que ellos mismos cocinaron, sobre todo al vaciar las arcas de los dos institutos (IMSS e ISSSTE), ejemplo: El dineral que el ISSSTE gasta en el tráfico de incapacidades totales y permanentes, con la corrupción endémica. Afiliados que “se pusieron” a modo con doctores y directores del IMSS o el ISSSTE y lograron esta jubilación o pensión dorada, sin tener ni una pizca de enfermedad, sólo ser sinvergüenzas y solapados por cédulas profesionales prostituidas.
En La Laguna este tráfico de influencias se da comúnmente y muchos de estos enfermos, siguen vivitos y hasta burlándose de los mismos doctores corruptos.
Pensionados y jubilados de alta categoría también se dan, en la utopía del sistema mexicano, el caso de algunos políticos y funcionarios, eso sin contar a los ex presidentes de la nación con pensiones de hasta un millón de pesos al mes. Sasha Montenegro, ex esposa de López Portillo, la señora se queja de la baja pensión de $60,000 (sesenta mil pesos al mes), el caso de Óscar Espinosa Villarreal y otros aún jóvenes pero pensionados con sueldos de $87,000 al mes, que debería representar una vergüenza y afrenta para los millones de campesinos, maestros, ferrocarrileros, carteros, cañeros, etc. pensionados o jubilados.
Un submundo sórdido es el que viven mujeres y hombres, que sobreviven con la miserable pensión y mes a mes los empuja al camino interminable de la desesperación y la angustia. “Este es el verdadero purgatorio”, escuché decir a una señora pensionada que hacía larga fila esperando llegar para cobrar su pensión.
Ahora la cúpula quiere asustar a los pensionados y jubilados con el petate del fantasma anacrónico que gobernó durante más de 70 años y amenazan que dentro de 10 años el dinero para pagar pensiones y jubilaciones se agotará y también se excusan que se destinarán y serán absorbidos $20,000 millones de pesos del presupuesto para pagar los salarios de pensionados y jubilados. Para desgracia del ex obrero, ex profesor, ex ferrocarrilero, si los líderes no los defendieron cuando todavía trabajaban, ¿nos podemos imaginar ahora?...
Y más allá de que la jubilación o la pensión les pueda proporcionar un descanso o asegurar una vida, si no desahogada, cuando menos apacible, el vía crucis comienza desde que se tramita la pensión y la inactividad donde también puede influir el retiro y ser todavía peor el sentirse relegado de una sociedad que él mismo ayudó a construir... Lo curioso del caso es que los líderes de las distintas organizaciones y sindicatos no hacen nada al respecto, creen que nunca les llegará su jubilación o pensión ¿o se conforman con lo que roban en sus puestos para vivir el retiro desahogados?
Sin embargo la situación es muy seria y es de tomarse en cuenta, tanto por el poder Ejecutivo como el Legislativo para remediar esta crisis, que al fin y al cabo, si para el IFE y en la “búsqueda” de la democracia de México se destina una partida de millones y sin remordimiento se aprueba ¿por qué no proponer para medio remediar algo más importante; el nivel de vida de pensionados y jubilados?
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