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BRASILIA, Brasil.- Los brasileños deberán elegir en las elecciones generales del domingo, además de un nuevo presidente y legisladores federales, los gobernadores y diputados para los 26 estados del país y el Distrito Federal, dueños de una fuerte cuota de poder.
Brasil, una república federal constituida por la unión de estados independientes entre sí, tiene en sus gobernaciones un importante factor de poder que, dependiendo del caso, puede constituirse en un poderoso aliado o enorme obstáculo para las decisiones del gobierno central.
El favorito en los sondeos para presidente es el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), y si gana el exito de sus políticas estará dado por su relación con los gobiernos de los estados y sus representantes en el Congreso.
Los estados de mayor peso político son Sao Paulo, Minas Gerais, Río de Janeiro, Bahia y Río Grande do Sul, que en conjunto albergan más de 65 por ciento del electorado del país, que ocupa 45 por ciento del territorio sudamericano.
Controlar Sao Paulo significa gobernar un estado que por sí solo representa más de un tercio de la economía brasileña, con una población de 36 millones, similar a la de toda Argentina.
Las últimas encuestas en Sao Paulo dan casi por descontado que el ganador, en primera ronda, será el actual gobenador, Geraldo Alckmin, del oficialista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), aunque también pronostican que será necesario que la definición electoral se dé en balotaje.
Los candidatos a disputar el liderazgo de Alckmin son Paulo Maluf, del Partido Popular Brasileño (PPB) y más atrás José Genoíno, del PT.
En Minas Gerais, el segundo estado con mayor cantidad de electores, el candidato más firme a la gobernación es el ex titular de la cámara baja federal Aecio Neves.
Según las encuestas, Neves tendría más de 63 por ciento de las intenciones de voto, lo que le permiten evitar una segunda vuelta. Neves es nieto de Tancredo Neves, quien ganó la presidencia en 1985 con un porcentaje similar en una elección indirecta con la que terminó una dictadura militar de 21 años.
En Río de Janeiro, tercer estado del país, la favorita para ganar la gobernación es la socialista Rosinha Matheus, esposa del candidato presidencial y ex mandatario de Río Anthony Garotinho.
En Bahia, el mayor estado de la pobre región noreste del país, los sondeos marcan unánimemente que el partido del poderoso político y ex senador Antonio Carlos Magalhaes obtendrá la mayoría absoluta para la gobernación.
Magalhaes, conocido simplemente como ACM, sería reelecto senador, su Partido del Frente Liberal (PFL) ganaría la gobernación de Bahía con la mayoría abosluta en la primera vuelta.
En tanto, en Río Grande do Sul, estado fronterizo con Argentina y Uruguay, las encuestas marcan que la gobernación se definirá recién en una segunda vuelta, a la que llegarían Tarso Genro, del PT, y Germano Rigotto, del centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
En el Distrito Federal, el aspirante a la reelección, Joaquim Roriz, perdió parte del apoyo electoral, pero las encuestas mostraban que mantenía chances de ganar a su principal rival, Geraldo Magela, del PT, en el primer turno. Por su lado, el ex presidente Fernando Collor de Mello intenta un difícuil retorno político apuntando a reconquistar la gobernación del pequeño estado costero de Alagoas, de donde salió en 1989 para ocupar el sillón presidencial hasta 1992, cuando debió renunciar a causa de un escándalo de corrupción.
La lucha de Collor es contra el actual gobernador, Ronaldo Lessa, quien aspira a la reelección.
Otro regreso importante al Congreso brasileño sería el del ex senador Jader Barbalho, quien se libró de un pedido de prisión por supuestos actos de corrupción y compite desde su norteño estado de Pará por una banca en la Cámara de Diputados.
Jader no será el único candidato de la familia Barbalho, ya que su ex esposa y su hijo son tambien candidatos al Senado y a la legislatura estatal, respectivamente.