Sao Paulo, Brasil.- El próximo presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, podría enviar en enero próximo a Venezuela un emisario para ayudar a buscar una solución política de ese país, afirmó ayer el futuro canciller, Celso Amorim.
En entrevista con la agencia Estado, el recién designado ministro de Relaciones Exteriores del próximo gobierno brasileño sostuvo que Lula podría mandar a un representante al país vecino para ayudar a solucionar el conflicto social y político.
Amorim, actual embajador de Brasil en el Reino Unido, dijo que la ayuda deberá estar dentro un marco político de respeto a la autonomía del gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez.
“Pero va a ayudar dentro de un contexto de diálogo, de no intervención y de no imposición de soluciones. Existe una situación difícil y, si hubiera la posibilidad, yo no me espantaría si enviásemos a un emisario de Brasil”, dijo Amorim desde Londres.
Venezuela vive desde hace varios meses una severa crisis política que entró en una etapa crítica el pasado dos de diciembre, con el inicio de un paro nacional indefinido de la oposición, y movilizaciones continuas de partidarios y detractores del mandatario.
La opositora Coordinadora Democrática, con el respaldo de empresarios y sindicatos, mantiene un paro que ha afectado la estratégica industria petrolera venezolana y ha generado millonarias pérdidas materiales.
La oposición exige la renuncia del presidente Chávez y elecciones anticipadas, mientras que el gobierno plantea que la salida constitucional es un referendo revocatorio que puede ser convocado a la mitad del mandato, a partir de agosto próximo.
El embajador brasileño rechazó que la ayuda del próximo gobierno de Lula vaya a interferir en los trabajos que realiza como intermediario del conflicto el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Cesar Gaviria.
“Es necesario no ser pretencioso y ni interferir en el trabajo del secretario general de la OEA, que es muy importante”, señaló el futuro canciller brasileño.
“Lo importante es que las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sean cumplidas. Y siempre dentro del precepto que cabe al propio organismo evaluar si esas resoluciones son realizadas o no y no a un país individualmente”, apuntó.
El líder de la izquierda brasileña, que venció los comicios de octubre pasado con 61.2 por ciento de los votos, recibirá la banda presidencial de manos de Fernando Henrique Cardoso el próximo 1 de enero para el cuatrienio 2003-2007.