Rusia vive día de luto nacional
Notimex
Moscú, Rusia.- Rusia vivió un día de luto nacional por los rehenes muertos la madrugada del pasado sábado en la operación de asalto del teatro del Palacio de Cultura, mientras 405 siguen recibiendo atención médica y 239 han sido dados de alta.
El tema central este lunes en Moscú es el duelo y el apoyo a los ex cautivos casi 60 horas en la sala de espectáculos, inclusive con ofrecimientos de indemnización y de lugares de reposo para superar las secuelas físicas y psíquicas de su retención y liberación.
A lo anterior se suma el misterio en torno al gas paralizante que las fuerzas especiales de asalto emplearon, pues mientras las autoridades guardan absoluto silencio, varios expertos emitieron todo tipo de hipótesis sobre su naturaleza.
Desde temprana hora, decenas de personas colocaron flores en torno al Palacio de la Cultura, mientras que en las iglesias se celebraron misas en memoria de las 117 víctimas y por el restablecimiento de los 405 ex rehenes aún hospitalizados.
Las ceremonias religiosas incluyeron sinagogas, templos budistas y mezquitas, en especial en la cuenca del Volga, donde la población musulmana ha condenado el integrismo violento.
Según fuentes médicas citadas por las agencias de noticias Itar-Tass e Interfax, 239 de los rehenes hospitalizados fueron dados de alta este lunes, mientras 405 permanecen internados, de ellos 150 en cuidados intensivos y 45 en estado grave.
El ministerio de Sanidad de Rusia ratificó la cifra de 117 rehenes muertos durante la operación de rescate, de los cuales dos murieron antes del asalto y el resto intoxicado por el gas empleado por las fuerzas especiales rusas.
Según los médicos que atendieron a los intoxicados se trata de una "sustancia narcótica" utilizada para la anestesia general en las intervenciones quirúrgica, y que dosis altas afecta a los sistemas respiratorio y circulatorio.
Por su parte el gobierno ruso, que ha defendido la operación como prueba de que "es imposible arrodillar a Rusia", sólo ha señalado que el objetivo era paralizar a los miembros del comando checheno separatista Suicidas de la División 29.
En particular se buscaba inutilizar a las 18 mujeres que tenían explosivos adheridos a sus cuerpos, para evitar que los hicieran estallar durante la operación de rescate.
Un indicio del motivo del silencio oficial ruso lo dio el viceministro del Interior, Vladimir Vasiliev, al señalar "dejemos la tarea de descubrirlo (el tipo de gas) a los próximos secuestradores".
Organizaciones defensoras de derechos humanos, como Amnistía Internacional, exigen conocer qué tipo de gas se empleó en la operación de rescate, que causó la muerte de la mayoría de los 117 rehenes y podría dejar daños irreversibles en los sobrevivientes.
Expertos en armas químicas consultados por medios locales, aseguran que podría tratarse de un gas nervioso, que suele tener un olor a almendras amargas, mientras que algunos otros consideraron que se trató del llamado BZ (benzilato de metilo).
El BZ, utilizado por primera vez por Estados Unidos durante la guerra de Vietnam, es un gas incoloro, inodoro y tiene propiedades paralizantes y alucinógenas, similares a los síntomas registrados por algunos de los rehenes hospitalizados.
En tanto, la viceprimera ministra Valentina Matvienko anunció que los deudos de los rehenes muertos recibirán 100 mil rublos (tres 148 dólares) de indemnización, mientras que a los supervivientes por concepto de daño moral, se le dará la mitad de esa cifra.
Además, para gastos de funeral, se darán otros 14 mil 200 rublos (447 dólares), y se proporcionará asistencia psicológica a los ex rehenes rescatados, en particular a los niños, mientras los gastos de rehabilitación también correrán a cargo del gobierno.
A su vez el gobernador del territorio de Krasnodar, Alexandr Tkachev, en el mar Negro, ofreció recibir a los rescatados en los balnearios de la zona, varios de los cuales se han especializado en rehabilitación de traumatizados por fenómenos naturales.
NTX