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México, D.F.- Orlando Magaña, presunto asesino de los integrantes de la familia Narezo Loyola, reconoció haber amarrado a todas las víctimas pero negó haberlas asesinado, quien lo hizo fue su amigo y cómplice Jorge Esteban o Esteva.
Luego de coparticipar en la muerte de siete personas con su cómplice, Magaña se fue a vacacionar a Tequesquitengo junto a su novia, pero al saberse identificado, intentó refugiarse en Chiapas, Oaxaca e incluso Guatemala.
En sus declaraciones ante el juez, reconoció haber amarrado de pies y manos a cada uno de los miembros de la familia Narezo Loyola, para luego cargarlos uno a uno hasta el segundo piso, donde su cómplice Jorge Esteban o Jorge Esteva, los ejecutó a todos.
A decir de Magaña, fue invitado por su cómplice a realizar un asalto en la casa de la familia Narezo Loyola, sólo que el ahora detenido, por conocer a dichas personas, decidió utilizar una máscara de luchador para no ser identificado.
Dijo que al llegar al domicilio de la colonia Toriello Guerra se encontró únicamente a las dos trabajadoras domésticas, a las cuales Orlando aceptó haber amarrado de pies y manos e introducirlas a una habitación de la planta baja.
Minutos más tarde llegó Ricardo Narezo y su amigo Juan Pablo Quintana, a quienes luego de un forcejeo y tras quitarle la máscara, también Orlando los amarró de pies y manos.
Posteriormente llegó el padre de familia y también lo amarraron, para enseguida trasladarlo hacia la habitación donde ya estaban las dos trabajadoras domésticas, su hijo y el amigo de éste.
También llegó la señora y su hija, quienes corrieron igual suerte, pues fueron maniatadas por Orlando, según dijo éste, por instrucciones de su amigo, al que tenía poco más de dos meses de haberlo conocido. Sólo faltaba otra hija, quien estaba en el domicilio de un familiar. Por ello, Orlando le dijo a Ricardo hijo que irían a recogerla.
“Yo me quedé en el coche mientras Ricardo recogía a su hermana y posteriormente llegamos a la casa donde también fue amarrada”, citó.
En su declaración, Orlando dijo que todo ese tiempo se dieron a la tarea de interrogar a las personas para que les indicaran dónde estaban sus bienes y dinero en efectivo.
Al cumplir con su objetivo, agregó Magaña, su amigo le ordenó que cargara a una de sus víctimas hasta el segundo piso, donde Jorge Esteban o Esteva dio muerte a cada una de las personas.
Al último fue Ricardo hijo, ya que Juan Pablo sobrevivió al balazo en la garganta, pero que los victimarios dieron por muerto.
La intención de dejarlos al último, fue para que Ricardo hijo y Juan Pablo, los ayudaran a sacar el coche, para luego ejecutarlos, sin contar con que uno de ellos sobreviviría y aportaría pistas para lograr la captura de Orlando.
Magaña explicó que fue a casa de su novia para irse a vacacionar a Tequesquitengo, separándose de su cómplice, aunque con antelación hicieron algunos movimientos bancarios para obtener recursos.
En Tequesquitengo, se enteró que la policía ya le seguía los pasos y había un retrato hablado de él, por lo que en su intento de evadir la acción de la justicia, se trasladó a Chiapas, Oaxaca y Guatemala, para posteriormente regresar a un hotel de paso, donde se dice fue aprehendido.
Todos estos elementos, así como cerca de 100 pruebas testimoniales, documentales, periciales y de inspección, se asientan en cinco tomos con 2 mil 458 fojas.
Todo ello es estudiado por el Juez 61 Penal, Rogelio Antolín Morales, quien mañana definirá la situación jurídica de Orlando Magaña.
Si se le dictase el auto de formal prisión a Orlando, a partir de ahí correrán 15 días para la aportación de pruebas por parte de los abogados defensores y del Ministerio Público.
El impartidor de justicia explicó que la ley establece hasta un año para dictar una sentencia, pero ante los hechos, aseguró que este proceso no llevará más allá de seis meses.