París.- Decenas de miles de manifestantes desfilaron hoy en París en defensa de los servicios públicos y las pensiones, en una jornada de acción marcada por la casi parálisis del tráfico aéreo a causa de la huelga de los controladores aéreos y por fuertes perturbaciones de los transportes urbanos en muchas ciudades.
Según los sindicatos, entre 70.000 y 80.000 personas participaron en la manifestación parisina, en la que había una fuerte presencia de los asalariados de la compañía nacional de ferrocarriles, SNCF, mientras que la policía calculó que eran 30.000.
En ciudades grandes y medianas de provincias, entre 50.000 personas, según las autoridades, y 75.000, según los organizadores, se habían manifestado por la mañana.
Varios dirigentes sindicales señalaron que la movilización era una "advertencia", "un mensaje muy claro" al Gobierno conservador de Jean-Pierre Raffarin "sobre las pensiones, el estatuto de los funcionarios, los proyectos de privatizaciones".
A pesar de la diversidad de las reivindicaciones propias de los diversos gremios representados, las marchas tenían como lema común la preocupación por el futuro de los empleos y pensiones en el servicio público, la oposición a las privatizaciones planeadas por el Gobierno y el temor a la liberalización europea.
Además de los muchos empleados de la SNCF -que estuvieron en el origen de esta movilización-, había asalariados de Air France, Correos, France Telecom, el transporte urbano de París (RATP), hospitales y medios audiovisuales (el personal de la cadena de televisión France 3 está en huelga desde hace casi dos semanas).
Una inmensa banderola al frente del desfile en París, que arrancó en la plaza Denfert-Rochereau y terminó en Sevres-Babylone, reclamaba "medios humanos, materiales y financieros" para los servicios públicos.
También se exige "el aumento de los sueldos y las pensiones", el mantenimiento y la mejora del sistema actual de pensiones por repartición, así como "un estatuto de alto nivel".
Un incidente marcó la manifestación: tres ex ministros del anterior Gobierno del socialista Lionel Jospin fueron abucheados cuando quisieron unirse a la cabeza del desfile para "saludar a las organizaciones" sindicales.
Dos de ellos, Daniel Vaillant y Segolene Royal, consiguieron eclipsarse, pero la ex ministra de Asuntos Sociales, Elisabeth Guigou, se quedó para responder a las preguntas de la prensa.
Se encontró sola, contra una pared, frente a una muchedumbre hostil que le gritó "es demasiado tarde. Había que actuar antes" y que acusó al Partido Socialista de querer "recuperar" la movilización de los trabajadores.
La ex ministra no resultó herida ni golpeada pero el servicio de orden tuvo que intervenir para protegerla.
La manifestación se produce en medio de las divisiones sindicales, que quedaron patentes ayer en el caso de los camioneros, cuyos intentos de bloqueos, respondidos con fuerza por policías y gendarmes, fueron un fiasco.
El desfile en París, que duró unas dos horas y media, ha sido "un éxito", proclamó el secretario general de la Confederación General de Trabajadores (CGT), Bernard Thibault.
"Confirma cuán grande es el descontento. Es más que una advertencia. El Gobierno debe reconsiderar sus decisiones y negociar sobre otras bases", afirmó.
EFE