Un masajista invidente de la provincia china de Jiangsu (al este del país) recorre diariamente en bicicleta, desde hace 30 años, los ocho kilómetros que separan su casa de su lugar de trabajo, informó hoy, la prensa local.
Zhou Binsong, que trabaja como masajista terapéutico en el Hospital de Nanjing, no cuenta con ninguna ayuda exterior, técnica o humana, y se guía únicamente de su finísimo oído, que le permite esquivar el mayor peligro de los ciclistas, los coches.
En 1971, un año después de concluir sus estudios universitarios, Zhou pidió a su amigo y vecino, Yu, que le acompañara al trabajo en bicicleta, ante la sorpresa de éste, que dudó tanto de su habilidad como ciclista como de lo acertado de la idea.
Pocos años después, Zhou había memorizado al detalle el itinerario -las paradas de autobús, los semáforos y los cruces- con lo que decidió probar suerte en solitario.
Según su testimonio, pese al intenso tráfico y a las múltiples lomas que salpican la carretera que separa su vivienda del hospital, no ha sufrido ningún accidente en los últimos 30 años.
Zhou escenificó sus habilidades en bicicleta ante un grupo de asombrados periodistas, que no daban crédito a su extraordinaria habilidad.
El masajista aseguró que su único problema es que "debe levantarse más temprano que sus colegas de profesión, ya que está obligado a pedalear con mayor lentitud que el resto de ciclistas. Mi capacidad de reacción es menor, por lo que debo extremar las precauciones".
En los últimos años, debido al aumento del nivel de vida de la población, la bicicleta, una de las señas de identidad del pueblo chino desde la fundación de la República Popular, ha perdido terreno frente a la motocicleta, el coche y el suburbano. EFE