por HéCTOR SILLER
el siglo de torreón
Donovan McNabb, mariscal de campo de las Águilas de Filadelfia está prácticamente listo para regresar a la titularidad de la escuadra, pero su entrenador en jefe dejó bien en claro, que no jugará en el último partido de la temporada regular ante los Gigantes de Nueva York, ya que sería exponerlo prematuramente, y la verdad, como están jugando las Águilas pareciera ser que nadie necesita a McNabb en estos momentos.
McNabb se rompió su pierna izquierda en la jornada de noviembre 17, y se esperaba que estuviera listo para el último partido de temporada regular, pero esto ha sido prohibido por la oficina de Filadelfia, la intención es que esté lo mejor posible para la postemporada, en donde la presión será grande y en donde Feeley, su tercer mariscal de campo, podría tener algunos problemas.
Las Águilas tienen marca de 12-3 en ganados y perdidos, han asegurado su boleto a la postemporada y han ganado ya el título divisional, pero una victoria más, el domingo, los colocaría como la escuadra mejor sembrada de la Conferencia Nacional, lo que les daría la ventaja de jugar en casa toda la postemporada y de descansar una semana antes de su primer partido de playoff, es decir, la victoria del domingo es importante.
A.J. Feeley inició la temporada como el tercer mariscal de campo de las Águilas, pero las lesiones de McNabb y de Detmer lo colocaron de pronto como titular, el desempeño de este jugador se resume en cuatro victorias consecutivas, es cierto que sus estadísticas no son nada impresionantes, pero lo más trascendente es que ha logrado mover la ofensiva y ha logrado ganar los partidos, lo que definitivamente vale más que una estadística para mariscal de campo.
Detmer ha estado listo para jugar desde hace dos semanas, pero la confianza en Feeley ha sido grande, Any Reid lo ha mantenido como titular y Feeley no ha decepcionado a nadie. Cuando ocurrió la lesión de McNabb las estadísticas de este jugador no eran las mejores, había sido errático en la gran mayoría de sus partidos y las defensivas rivales parecían estar tomándole la medida a este gran atleta, además, McNabb fue duramente criticado al bajar su nivel de juego después de haberse confirmado un millonario contrato.
Pero en su último encuentro jugó con el corazón y ganó el partido a pesar de haberse fracturado la pierna desde el primer cuarto de acciones, McNabb demostró su gran corazón y su gran orgullo, y esto es justamente lo que Filadelfia necesita en esta etapa final de la temporada, con la ventaja en casa y un mariscal de campo que mantenga unido al equipo las Águilas se pueden enfilar hasta el Supertazón y por qué no, ganarlo por primera vez en su historia.