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Medicamentos gratis dan esperanza a enfermos de sida en Honduras

TEGUCIGALPA (Reuters) -- En un hospital de Tegucigalpa, la capital de Honduras, Norali e Iván reciben medicamentos contra el sida con la esperanza de sobrevivir para ver a sus dos hijos terminar la escuela y trabajar.

Norali Carballo, de 31 años, y su esposo Iván Palma, de 32, se enteraron en 1998 que tenían la enfermedad y desde junio reciben medicamentos antirretrovirales gratuitos en esta nación centroamericana, que concentra casi un 60 por ciento de los casos de sida en América central.

"Yo esperaba morir en unos dos o tres años, pero ahora con los antirretrovirales los médicos dicen que podemos vivir 20, 30 o más años", dijo Carballo.

"Yo antes me afligía y pensaba que cualquier día me moría y dejaba solos a mis niños", agregó mientras observaba a su esposo acostado en una cama en el Hospital del Tórax de Tegucigalpa donde se le aplica un tratamiento para combatir la infección oportunista que padece, toxoplasmosis.

Los enfermos de sida con frecuencia padecen infecciones oportunistas, es decir, por otros microorganismos (hongos, protozoarios, bacterias) que aprovechan las bajas defensas inmunológicas de los pacientes para atacarlos.

Carballo es madre de una niña de nueve años y un niño de 11 que acuden a una escuela primaria de su barrio, donde se asientan precarias viviendas de madera y techos de láminas viejas que no gozan de servicio de agua potable.

"Ahora pienso que voy a criar mis hijos, verlos graduados del colegio y hasta trabajar", dijo Carballo, con una leve sonrisa y ojos radiantes.

Iván, que luce pálido y delgado después de una estadía de casi dos semanas en el hospital sometido a un tratamiento para combatir las infecciones por protozarios y hongos que complican su condición y una anemia profunda, no tiene menos esperanzas que su esposa gracias a la aplicación de los antirretrovirales.

Unos 348 enfermos de sida de al menos unos 5.000 que lo requieren reciben desde mediados del 2002 el tratamiento antirretroviral del Ministerio de Salud y de la organización Médicos Sin Fronteras. El gobierno ofrece 248 tratamientos.

En Honduras, con un 80 por ciento de pobres entre sus 6,5 millones de habitantes, registraba oficialmente 17.199 casos hasta mediados del 2002, pero se estima que podría haber más de 100.000 portadores del VIH.

"Nosotros no nos hubiéramos podido pagar este tratamiento si no nos lo regalan en el Ministerio de Salud", dijo Iván, quien se dedica a ofrecer servicios de traslado de carga en un viejo y pequeño vehículo en el barrio "Nueva Capital".

Más que un problema de salud

"Mucha gente falleció esperando que se le suministrara el tratamiento antirretroviral. La compra de los antirretrovirales era imposible para la mayoría de los enfermos y ahora aunque han bajado (de precio), la gente tampoco los puede comprar", dijo Allan Donaway, del movimiento Personas Viviendo con sida.

Pero la cantidad de enfermos que recibe los antirretrovirales "es ínfima frente a los más de 5.000 que lo necesitan para alargar o mejorar su calidad de vida. Es urgente que se acelere la aplicación de los tratamientos gratuitos para salvar vidas", agregó.

Iván mantiene a su mujer y sus dos hijos con un ingreso promedio diario de casi cuatro dólares, en un país donde un 46 por ciento de su población vive con un ingreso de un dólar o menos, según el estatal Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

El gobierno adquiere cada tratamiento antirretroviral a un costo de 1.380 dólares anuales gracias a acuerdos con las compañías farmacéuticas, utilizando productos de marca, mientras que Médicos Sin Fronteras aplica una combinación con genéricos a un costo de 788 dólares.

La directora del programa de Lucha Contra el Sida del Ministerio de Salud, Rosalinda Hernández, dijo que el gobierno proyecta a más tardar en el 2006 estar atendiendo con antirretrovirales a unos 3.000 enfermos.

"Vamos en un proceso paulatino y de acuerdo a nuestras capacidades y la ayuda internacional que recibimos extendiendo este programa que consideramos es necesario debido a que la mayoría de la población infectada no tiene recursos para financiarse el tratamiento", explicó.

El sida en Honduras "tiene una caracterización que se llama generalizada", pero la enfermedad ha desacelerado su propagación, dijo Hernández.

La doctora Alicia Solórzano, que atiende una sala de enfermos de sida en el Hospital del Tórax, dijo que la enfermedad no es sólo un problema de salud, sino también económico.

"La mayoría de gente que atendemos viene desnutrida porque no tienen como suministrarse una dieta balanceada. Aquí, se les trata las enfermedades oportunistas y se les alimenta y se reponen, pero en sus casas seguramente no tienen buenas condiciones de vida" dijo Solórzano.

Agregó que la aplicación misma de los antirretrovirales causa pérdida de apetito, alergias, vómitos, diarreas, somnolencia, anemia y mareos que son superados con éxito "si las condiciones de vida del paciente en su residencia son adecuadas".

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