“Lo hecho en México está bien hecho” rezaba hace algunos años un anuncio comercial. Entonces y ahora se le da poco crédito, en buena medida por nuestra cultural afección a creer que lo que viene de fuera siempre es mejor que lo nuestro. Por ello importamos con singular alegría modas estereotipos, costumbres, música además claro, de artículos de consumo, materia prima, bienes y servicios. Con esta visión, lo extranjero no sólo es lo mejor sino también más confiable. Por ello importamos asesorías. El popular Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York, viene con a su especializado equipo, contratado por el Gobierno del D.F. para hacer un diagnóstico y proponer medidas que disminuyan drásticamente el nivel de violencia en la ciudad más grande del mundo.
La importación de un asesor norteamericano para un asunto medular como es la seguridad pública, por parte de un Gobierno de izquierda tradicionalmente alérgico a lo norteamericano, cuyos altos honorarios (4.3 millones de dólares) pagará la iniciativa privada, algo para lo que la izquierda también suele ser alérgica, sólo hace evidente al grado de angustia y desesperación al que llegaron las autoridades capitalinas. Es decir, esa medida es una declaración abierta de que la delincuencia les rebasa y no saben qué hacer. Y aunque la asesoría sólo abarca al D.F., los ojos de media nación están atentos, porque en muchos estados se comienzan a padecer intolerables niveles de violencia.
El ex alcalde neoyorquino, no sólo viene respaldado por su extranjería (asunto que en nuestro país casi bastaría). Ganó fama dentro y fuera de sus fronteras con su programa “Tolerancia cero” cuyo fundamento es no tolerar ni el más mínimo delit9o. Este programa redujo en más de 50 por ciento los homicidios, el robo los crímenes con violencia y los crímenes sobre la propiedad, en una ciudad famosa por su peligrosidad (dicho sea de paso, también aumento en 45% las denuncias por violaciones a los derechos humanos, especialmente las minorías raciales). Así que Giuliani se va a sentir como pez en el agua en el Distrito Federal, ciudad cosmopolita, mágica en más de un sentido y absolutamente insegura. El analista Lorenzo Meyer publicó cifras tomadas de distintas fuentes, que señalan, por ejemplo, que mientras en Nueva York, los homicidios por cada 100 mil habitantes son de 7.9 por ciento, en el D.F., lo son en 9.4 por ciento. En el concierto nacional, por mucho la ciudad de México es la más insegura. El analista señala que una encuesta realizada el año pasado por el Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, arrojó que las entidades con menores incidencias por hogar de actos criminales eran Durango y Zacatecas y el mayor por supuesto la ciudad de México; la sorpresa fue que la diferencia entre los extremos fue de ¡ocho veces! Total, es evidente el fracaso de la seguridad pública en la capital del país.
El arribo del equipo Giuliani ha generado, como todo en nuestro país, reacciones opuestas. No obstante, son los más ( así lo demuestran las encuestas) quienes ven no sólo con buenos ojos sino con esperanza la llegada de estos expertos. Y no es por aguarles la fiesta, pero yo francamente no creo que su estancia arroje resultados espectaculares.
Para empezar, dudo mucho que tras sesudos análisis digan algo que no sepamos, y para terminar la “Tolerancia cero” puede funcionar muy bien en un país en el que en términos generales se respetan las leyes y se cree en las instituciones de procuración y administración de justicia. México lamentablemente no es el caso. Dicho en palabras de la analista Dense Dresser: “El nuestro es un país de leyes que no se cumplen, de jueces que no juzgan, de ministerios públicos que no indagan, de policías que no persiguen, de averiguaciones que no concluyen, de casos que no se resuelven”. Y ya nada más para ponerle la cerecita al pastel habría que decirle a Giuliani que encuestas recientes señalan que casi la mitad de los ciudadanos/as de nuestro país opina que puede desobedecer las leyes si le parecen injustas. O sea, en nuestro país, el afán ha sido: “Estado de Derecho cero”.
El neoyorquino tiene un buen paquete encima. Porque por un lado se topará con una sociedad que no cree en sus instituciones judiciales (casi 70% de los delitos nos e denuncian) y que no se siente respeto por sus policías, policías –por otra parte- mal pagados, peor capacitados y no pocas veces corruptos. Y porque por otro lado tiene una reputación que está en juego. Con ánimo de ayudar sugiero que Giuliani señale que la “Tolerancia cero” debe empezar en las corporaciones policiacas y en las dependencias de procuración de justicia. Muchos ya lo habían hecho antes, pero viniendo de un extranjero tendría mucho más peso. Y con suerte, en una de ésas, se empieza por el principio.
Yo le deseo mucha suerte al equipo de Giuliani. Si salen en seis meses sin haber padecido delito alguno, el gobierno le pone fecha a las medidas sugeridas y les contrata para su verificación, pueden considerar su honra a salgo. ¿Le entran? Nada más que luego no salgan con que a Chuchita la bolsearon. Que conste.
Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com