México.- El secuestro de los actores en México o de algún familiar cercano a estos se ha convertido en un atractivo negocio para las bandas delictivas, un claro ejemplo, es el reciente plagio de la actriz Laura Zapata y Ernestina Sodi Miranda.
Pese a que las autoridades han dado a conocer el hecho, los familiares no han declarado nada para no entorpecer las negociaciones y lograr su liberación por lo que sus raptores piden 1 millón de dólares -según la conductora Shanik-.
Entre los casos más sonados dentro del medio artístico mexicano fue el secuestro de Vicente Fernández Abarca, quien fue privado de su libertad al salir de su domicilio en Guadalajara, Jalisco, en 1998.
Vicente Fernández hijo fue retenido por los plagiarios durante 114 días, mientras sus familiares tenían contacto con sus captores, quienes le cercenaron un dedo de la mano derecha para presionar a la familia a que pagara el rescate de 4 millones de dólares.
Elizabeth Aguilar fue parte de las estadísticas de secuestros durante el 2000, la actriz fue raptada cerca de su domicilio en las inmediaciones de Polanco, su liberación se manejó en total secreto por parte de la familia de la actriz y la cantidad pagada por su rescate no se dio conocer, aunque se manejó la cifra de un millón de dólares. Otro plagio que no se dio a conocer a la luz pública fue el de Adal Ramones, quien después de haber salido avante se atrevió a declarar su secuestro a los medios de comunicación, pero sin dar detalle de lo que pagó por su vida.
Cabe señalar que los plagios que han sufrido algunos actores o familiares allegados han sido de varias modalidades, en unos casos han terminado en fatales consecuencias; sólo hay que recordar el secuestro de Leonardo Martínez, hijo de la cantante Beatriz Adriana, quien fue plagiado junto con su amigo Akiles Véljiz Hernández al salir de una discoteca en la ciudad de Tijuana.
El modus operandi del narcotraficante llamado “Tío Manolo”, quien es el presunto responsable de las muertes no se dio a conocer, aunque fuentes de la Procuraduría General de la República en Tijuana aseguró que pedía 2 millones de dólares y al no recibir pago alguno, decidió asesinarlos.
En mayo de este año la cantante de música vernácula Guadalupe Mejía Yaqui fue otra víctima del hampa, pero sus familiares manejaron el caso herméticamente para no poner en riesgo la vida de la artista, por lo que sólo dijeron que los plagiarios la detuvieron un par de horas mientras realizaban las negociaciones, no se dio a conocer el monto del rescate.
A este tipo de secuestros al que se le ha denominado exprés, se suman actores como Adal Ramones, Adriana Lavat, Marta Carillo, Juan Osorio y Lyn May, ésta última escapó de sus raptores en las cercanías del Ajusco, por lo que hasta la fecha es difícil que salga de su residencia.
La que no salió muy bien librada de un posible secuestro fue la actriz Sabine Moussier, quien recibió un balazo en un brazo al huir de sus raptores en plena avenida Reforma, quienes solamente alcanzaron a quitarle un reloj y su bolso.
Hoy en día la hermana del futbolista Cuauhtémoc Blanco se une a la lista de plagiados en esta capital, ya que fue raptada hace un par de días, pero hasta el momento el jugador de las Águilas del América no ha hecho declaración alguna para no poner en peligro la integridad física de su hermana.
La lista de plagiados del medio artístico empieza a engrosar los índices de secuestros en el país, sólo basta recordar casos como el de Alberto Vázquez, Julio Ángel Cuéllar, padre de Los Temerarios. Además, el padre del jugador Jorge Campos, por quienes pidieron rescates de más de dos millones de dólares.