EDITORIAL Columnas Editorial Caricatura editorial

Milagro para la canonización

Juan de la Borbolla

Los procesos de beatificación y canonización de una persona que en vida ha gozado fama de santidad y que cuando menos cinco años después de su muerte inicia el proceso eclesiástico formal, requieren la confirmación plena de milagros alcanzados por Dios, a través de la intercesión de ese Siervo de Dios.

El milagro atribuido a San Josemaría Escrivá de Balaguer viene a ser no sólo un favor muy especial a una persona agobiada por una enfermedad progresiva e incurable, sino además el medio para que un profesional de la medicina que a consecuencia de su propio trabajo diario había contraído el mal que le aquejaba, pudiera volver a trabajar. Si el mensaje principal predicado por el fundador del Opus Dei consiste en la santificación del trabajo humano, es significativo el hecho de que el milagro definitivo para la proclamación oficial de su santidad de vida sea el que permite a un trabajador profesional seguir trabajando.

Se trata de la curación milagrosa de una grave enfermedad: radiodermitis crónica, que padecía el español Manuel Nevado Rey y que le desapareció en noviembre de 1992, tras acudir a la intercesión del ahora santo.

La radiodermitis es una enfermedad típica de los médicos que han expuesto sus manos a la acción de las radiaciones de los equipos de Rayos X durante un tiempo prolongado. Se trata de una enfermedad evolutiva, que progresa de forma inexorable hasta provocar, con el paso de los años, la aparición de cánceres de piel.

La radiodermitis no tiene curación. Los únicos tratamientos conocidos son quirúrgicos (injertos de piel, amputación de las zonas de las manos interesadas). De hecho, en la literatura médica no se ha reseñado, hasta hoy, ningún caso de curación espontánea de esta enfermedad una vez cancerizada.

El doctor Manuel Nevado Rey es un médico nacido en Extremadura en 1932, especialista en traumatología, que durante casi quince años operó fracturas y otras lesiones exponiendo sus manos a los Rayos X. Empezó a realizar este tipo de intervenciones quirúrgicas con mucha frecuencia, a partir de 1956. Los primeros síntomas de la radiodermitis empezaron a manifestarse en 1962 y la enfermedad fue empeorando hasta que, en torno a 1984, tuvo que limitar su actividad a la cirugía menor, porque sus manos estaban gravemente afectadas, e incluso dejó totalmente de operar en el verano de 1992.

Sin someterse a ningún tratamiento, en noviembre de 1992, el Dr. Nevado conoció a Luis Eugenio Bernardo, un ingeniero agrónomo que trabaja en un organismo oficial español. Éste, al saber de la enfermedad de D. Manuel, le ofreció una estampa del fundador del Opus Dei, beatificado el 17 de mayo de aquel año y le invitó a acudir a su intercesión para curarse del mal adquirido.

El Dr. Nevado comenzó a encomendarse al entonces Beato Escrivá desde aquel momento. Pocos días después de ese encuentro, viajó con su esposa a Viena para asistir a un congreso médico. Visitaron varias iglesias y encontraron estampas del Beato Josemaría. Eso le impresionó y animó a rezar más por su curación.

Desde el día en que comenzó a encomendar su curación a la intercesión del recientemente canonizado, las manos fueron mejorando y, en unos quince días, desaparecieron totalmente las lesiones. La curación fue total, hasta el punto que, a partir de enero de 1993, el Dr. Nevado ha vuelto a realizar operaciones quirúrgicas sin ningún problema.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 5213

elsiglo.mx