En la escuela me enseñaron cuáles son las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Sin más escuela que los años yo he aprendido cuáles son las Siete Maravillas de mi mundo.
La primera es hallarme en ese mundo. Celebro no ser ateo: si lo fuera ¿a quién daría las gracias por esa maravilla y por las otras? La segunda es haber sido hijo de los padres que tuve. La tercera, ser esposo de la mujer que amo. La cuarta, quinta, sexta y séptima maravillas son mis hijos y mis nietos.
Esas son las Siete Maravillas de mi mundo. Junto a ellas cuento muchas más: el gozo del amor continuado; una larga familia pródiga en larguezas; amigos que me regalan su presencia y no me reprochan mis ausencias; un ángel que se disfrazó de perro para que yo pudiera verlo; milagros súbitos que todos los días llegan a mi puerta, inesperados.
¿Qué son las Siete Maravillas del Mundo Antiguo al lado de estas maravillosas maravillas de mi mundo?
¡Hasta mañana!...