De madera estaba hecho el pesebre donde nació Jesús.
De madera también la cruz donde murió.
No debemos pensar en el pesebre del nacimiento sin pensar igualmente en la cruz del sacrificio.
La fe, sin embargo, nos muestra también el camino de regreso.
De madera estaba hecha la cruz donde murió Jesús.
Y de madera también el pesebre en que nació.
A todo nacimiento corresponde una muerte.
A toda muerte sigue un nacimiento.
Pesebre y cruz, cruz y pesebre están hechos de la misma madera.
Nosotros también.
¡Hasta mañana!...