Llamó el rey Cleto a su primer ministro, y cuando lo tuvo frente a sí le preguntó:
-¿Tenemos políticos en este reino?
-Demasiados, Su Majestad -dijo el ministro. (Sabía bien que fuese cual fuere el número de políticos del reino siempre serían demasiados).
-¿Cuántos son? -quiso saber el rey.
-Ignoro la cifra -replicó el ministro-, pero calculo que si los hiciéramos tenderse en tierra, la cabeza del uno junto a los pies del otro, formarían una fila tan larga que llegaría más allá de los confines del reino.
-No me parece mala idea -dijo el monarca después de ponderar un poco-. Que así se pongan.
Salió entonces un bando que ordenaba a todos los políticos tenderse en tierra formando una fila, y permanecer así hasta nuevo aviso, sin moverse.
Y sucedió que ese mismo día las cosas en el reino empezaron a ir mejor.
¡Hasta mañana!...