El día estuvo nublado ayer en mi ciudad.
Los meteorólogos darán varias explicaciones, pero la verdadera causa es ésta: en todo el día Alejandra, mi nieta, no sonrió. Y cuando no sonríe el sol no sale.
Tiene dos años Alejandra. La semana pasada su mamá le puso un vestido blanco y un moño grande, azul. Le pregunté a la niña:
-¿Quién es la más bonita del mundo?
Para mi asombro contestó:
-Yo no.
-Entonces -repetí desconcertado- ¿quién es la más bonita del mundo?
Respondió ella:
-Mi mamá.
Alejandra, nieta mía... Dos años tiene, y es dueña ya de la infinita sabiduría que dan el amor y la humildad.
¡Hasta mañana!...