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Muere uno de los rehenes del teatro

Reuters

MOSCÚ, RUSIA.- Un grupo de rebeldes separatistas chechenos mató a una mujer al ocupar un teatro en Moscú y amenazó ayer con ejecutar a 700 rehenes si Rusia no retira sus tropas de Chechenia.

Otras dos mujeres que estaban atrapadas en el teatro en el sureste de Moscú lograron escapar pero una fue herida por sus captores checheno, dijeron agencias de noticias, citando a las autoridades.

La policía dijo que el grupo, de unos 40 rebeldes, entre ellos mujeres enmascaradas con explosivos atados a sus cuerpos, mató a una mujer que trató de escapar cuando irrumpieron en el teatro el miércoles por la noche.

El grupo rebelde, que se identificó como un escuadrón suicida, amenazó en un sitio de Internet checheno y a través de rehenes con volar el teatro o comenzar a matar a los cautivos si no se cumplen sus demandas.

La estación de radio Ekho Moskvy conversó por teléfono celular con la cardióloga María Shkolnikova desde el interior del teatro. Según la mujer, los asaltantes alegan que “el gobierno no ha hecho nada por asegurar la liberación” de los rehenes.

“Lo principal es que las tropas deben retirarse o comenzaremos a fusilar gente”, dijo, leyendo una declaración de los guerrilleros.

La televisión árabe por satélite Al-Jazeera divulgó ayer videos de rebeldes chechenos diciendo que estaban listos para morir por la independencia de su patria y tomar las vidas de los rehenes “infieles” tomados en el teatro de Moscú.

La estación mostró un cinta de lo que dijo era una de las mujeres rebeldes diciendo: “No hace ninguna diferencia para nosotros donde morimos y elegimos morir aquí en Moscú, y nos llevaremos con nosotros las almas de los infieles”. La mujer era una de las cinco con velo que estaba en frente de un cartel con la inscripción “Dios es grande” escrita en arábigo. Sus declaraciones fueron traducidas a ese idioma.

Al-Jazeera también mostró otro video de una persona que identificó como uno de los hombres rebeldes.

“Cada uno de nosotros está listo para sacrificarse por Dios y la independencia de Chechenia. Nosotros buscamos la muerte más de lo que ustedes buscan la vida”, dijo.

Previamente Shkolnikova dijo por teléfono celular que los asaltantes habían colocado explosivos en pasillos y asientos e incluso se los sujetaron a los mismos rehenes.

Sergei Ignatchenko, un portavoz del servicio de seguridad FSB, dijo: “La situación es muy tensa. Hay diabéticos allá. Sus condiciones (médicas) están comenzando a aparecer. Hay personas con problemas cardiacos”.

Ignatchenko dijo que la mujer que murió fue asesinada el miércoles cuando trataba de escapar.

“Hoy, tal como han solicitado los terroristas, dos médicos jordanos entraron al teatro y recogieron el cadáver”, dijo al canal de televisión NTV.

La FSB dijo que había 75 extranjeros dentro del lugar.

El presidente Vladimir Putin, quien llegó al poder hace tres años con la promesa de reforzar la lucha contra la rebelión iniciada hace una década en Chechenia y aumentar la seguridad ciudadana, dijo que la principal tarea era garantizar la liberación de los rehenes de forma segura.

Putin declaró que la información de representantes de los rebeldes confirmó que “el acto terrorista fue planeado en el extranjero”.

No estaba claro a qué grupos extranjeros se podría estar refiriendo Putin con sus comentarios.

Rusia ha llamado la atención sobre los combatientes árabes en Chechenia y acusa a los rebeldes de vínculos con grupos islámicos radicales como el Talibán, en Afganistán, y la red Al Qaeda, del militante islámico de origen saudita Osama bin Laden.

Sin embargo, diplomáticos occidentales minimizan en privado cualquier implicación de Al Qaeda en Chechenia.

Debido a la crisis de los rehenes, Putin canceló el jueves un viaje que tenía previsto realizar a México esta semana para asistir a la cumbre de naciones de Asia y el Pacífico, donde esperaba reunirse con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush.

Gobiernos de todo el mundo condenaron la toma de rehenes e instaron a la comunidad mundial a unirse contra tales ataques terroristas. El Consejo de Seguridad de la ONU, a pedido de Rusia, también sumó su voz a la condena internacional.

Contactos erráticos

Los contactos con los secuestradores parecían erráticos en el mejor de los casos.

La página online de noticias chechenas ‘www.kavkaz.org’ publicó lo que dijo era un comunicado del líder de los asaltantes, Movsar Barayev: “Hay más de 1,000 personas aquí.

Nadie saldrá de aquí vivo y morirán con nosotros si hay algún intento de irrumpir en el edificio”, dijo en declaraciones citadas por el sitio de Internet.

Barayev instó a Putin a acabar con la guerra y retirar sus tropas de Chechenia si quería salvar las vidas de los rehenes, exigencias que fueron confirmadas por funcionarios rusos en el lugar del secuestro.

Los rebeldes liberaron a unos 150 rehenes poco después de ocupar el teatro, entre ellos unos 20 niños y numerosos musulmanes.

Los guerrilleros liberaron a otro grupo en la mañana del jueves, incluyendo tres niños y un británico de entre 50 y 60 años.

Sin embargo, Iosif Kobzon, un miembro del parlamento y artista de variedades que participa en las negociaciones, dijo a la agencia de Interfax: “Cuando les pedí que liberaran a otras personas, dijeron que ya habían dejado ir a los tres más pequeños y que no liberarían a nadie más”.

El asalto representa la prueba más dura para Putin desde que asumió la presidencia hace más de dos años.

Putin ha asumido una posición inflexible en el conflicto en Chechenia, de mayoría musulmana, donde el Kremlin ha lanzado dos ofensivas militares contra los separatistas.

Un funcionario ruso dijo que los guerrilleros se describieron a sí mismos como un escuadrón suicida o “smertniki”. La policía informó que había hasta 700 personas aún en el teatro, un moderno edificio ubicado cuatro kilómetros al sudeste del Kremlin.

El embajador austriaco, Franz Cede, dijo que entre los rehenes occidentales había australianos, austriacos, británicos, alemanes y estadounidenses.

Bush llamó por teléfono a Putin para ofrecerle su respaldo, en “un momento de solidaridad entre Estados Unidos y Rusia”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.

Las acusaciones occidentales de abusos a los derechos humanos contra civiles en la devastada provincia han sido silenciadas desde que Putin anunció su apoyo a la guerra contra el terrorismo global liderada por Estados Unidos, después de los ataques del 11 de septiembre.

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