Moscú.- Rusia contaba sus muertos el sábado en medio de un ambiente de horror y recelo, horas después de que 750 rehenes fueran rescatados del poder de medio centenar de chechenios armados, al tiempo que trataban de fortalecerse ante posibles atentados terroristas en la guerra sin fin en Chechenia.
Comandos de las fuerzas especiales rusas atacaron un teatro en Moscú después de una captura de tres días que dejó entre los rusos una sensación de dolor y orgullo: Más de 90 rehenes murieron, pero 750 fueron rescatados y docenas de captores chechenos fueron aniquilados.
En un breve discurso televisado, el presidente Vladimir Putin dijo que el rescate de los rehenes demostró que Rusia "no será puesta de rodillas", y pidió perdón a los familiares de las decenas de cautivos que murieron. "No pudimos salvar a todos. Perdónennos", dijo.
Las fuerzas especiales lanzaron gas somnífero a los que estaban en el interior del teatro y muchos rehenes fueron llevados a hospitales en autobuses municipales, inconscientes o con dificultad para caminar.
Los principales objetivos del gas somnífero fueron dormir a 20 atacantes suicidas, todas ellas mujeres chechenas, que estaban sentadas entre los rehenes cubiertas de explosivos, dijeron las autoridades. Si hubiesen detonado sus cargas, el saldo de inocentes hubiera sido mucho más alto, dijo el viceministro del Interior, Vladimir Vasilyev.
Otros gobiernos elogiaban el manejo de los rusos a la crisis, pero Moscú también oyó nuevas exhortaciones para una solución política al conflicto de Chechenia.
Además de 50 atacantes chechenos muertos en el teatro (algunos de ellos al parecer de balazos a la cabeza en una aparente ejecución) funcionarios señalaron que otros tres pistoleros fueron capturados y las autoridades registraban esta sobresaltada ciudad en busca de cómplices y pistoleros que podrían haberse escapado.
Ningún rehén extranjero murió durante la crisis, que comenzó la noche del miércoles, dijeron agencias rusas, citando a diplomáticos de misiones extranjeras en Moscú.
Putin, quien desde hace mucho sostiene que la campaña en Chechenia es parte de la guerra mundial contra el terrorismo, agradeció a los países extranjeros por su "apoyo en la lucha contra el enemigo común. Este enemigo es fuerte y peligroso, inhumano y cruel. Es el terrorismo internacional".
El viceministro del Interior Vladimir Vasilyev dijo unas siete horas tras la incursión en el teatro, que 67 rehenes murieron en la crisis, pero el ministerio de Salud dijo luego que la cifra superaba las 90 personas. No aclaró la causa de las muertes.
Vasilyev que unos 750 rehenes fueron liberados. Vasilyev dijo que 34 de los que tomaron a los rehenes murieron, pero el Servicio de Seguridad Federal dijo que murieron 50 rebeldes, entre ellos 18 mujeres, y tres fueron detenidos, informó la agencia Interfax.
Los secuestradores habían minado el edificio.
"La estructura del edificio y la amenaza de una explosión dieron la evidencia de que nadie habría sobrevivido a una poderosa explosión", dijo Vasilyev.
Al hablar con detalle sobre la decisión de penetrar en el edificio, Vasilyev ocasionalmente se detenía y parecía luchar para contener su ansiedad.
"Compartimos el duelo de aquellos cercanos a los 67 rehenes cuyas vidas se perdieron. No pudimos salvarlos", dijo.
Putin visitó a algunos sobrevivientes en el hospital de emergencias de Moscú donde fueron trasladados Los funcionarios dijeron que ninguno de los rehenes liberados que están hospitalizados será dado de alta hasta por lo menos el lunes.
Poco después de la operación, los funcionarios dijeron que algunos calculaban que unos 50 secuestradores armados huyeron entre el caos y se perdieron en la enorme capital, pero el jefe del Servicio Federal de Seguridad, Nikolai Patrushev dijo a Putin unas horas después que ninguno de los captores había escapado y que un número, no especificado, fue capturado.