Notimex
Bogotá, Colombia.- El Ejército reportó ayer que causó la baja de al menos 100 integrantes de las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en combates registrados en la antigua zona neutral del sur del país.
Un portavoz militar señaló ayer que los enfrentamientos, en los cuales las tropas oficiales contaron con el apoyo de la Fuerza Aérea, tuvieron lugar en un paraje rural del municipio de Uribe, zona considerada por décadas bastión de las FARC.
En la operación, que comenzó hace 48 horas, participaron tropas de la Séptima Brigada, la Cuarta División y aviones de combate apostados en ese territorio que por más de tres años, y hasta febrero pasado, sirvió de sede a los fallidos diálogos de paz.
El segundo comandante de la Fuerza Aérea Colombiana, general Edgar Lesmes, dijo ayer que la acción forma parte de la ofensiva lanzada por el Ejército contra el Bloque Oriental de las FARC. “Los resultados han sido muy exitosos, muy buenos, y la operación continuará hasta lograr el objetivo”, aseguró el oficial.
Explicó que en la persecución al grupo insurgente participaron tropas aéreas y terrestres, quienes tienen ordenes del alto mando castrense de “proteger a todos los colombianos y prestarles una mayor seguridad”.
Las tropas militares asumieron el control de la antigua zona neutral, que cubría 42 mil kilómetros cuadrados del sur de Colombia, el 20 de febrero pasado, cuando el gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana rompió los diálogos de paz con las FARC.
Desde entonces, y con el apoyo de la Fuerza Aérea, el ejército ha atacado más de 86 posiciones rebeldes, entre las que se encuentran varios depósitos de armas, hospitales, pistas clandestinas, refugios subterráneos y carreteras que ocupan las FARC.
La fuente informó que los combates más fuertes se están librando en el caserío el Porvenir, en la jurisdicción de Uribe, donde las fuerzas de la contraguerrilla mantienen cercados a más de 200 insurgentes que se están replegando hacia la selva.
La administración del presidente Alvaro Uribe Vélez condicionó el reinicio de conversaciones con el grupo guerrillero a la suspensión de los ataques contra la población civil, los cuales han dejado este año unos 300 muertos.