Londres.- La muerte de tres ancianos ha cargado de dramatismo el primer día de la huelga nacional de bomberos en el Reino Unido, que ya ha afectado al funcionamiento de los servicios públicos y creado una cierta sensación de alarma social.
Las víctimas murieron en tres incendios diferentes que se han producido en el país, donde unos 19.000 soldados se hacen cargo de cubrir las urgencias hasta las 18.00 GMT de este viernes, cuando concluirá esta primera protesta de 48 horas.
Los bomberos, que están muy mal pagados en el Reino Unido, piden una subida salarial del cuarenta por ciento.
Además de estos siniestros, los soldados han tenido que intervenir en otras situaciones de emergencia, como inundaciones, accidentes de tráfico, incendios provocados en cubos de basura y llamadas de auxilio que resultaron ser falsas.
Aunque el Ejército cubre las urgencias, el Sindicato de Bomberos (FBU) está dispuesto a que sus miembros ayuden en casos de extrema gravedad, como puede ser un atentado terrorista.
La huelga, primera en 25 años a nivel nacional, ha obligado a cerrar algunas estaciones del Metro de Londres, especialmente las más profundas y cuyo acceso se hace a través de ascensor.
Esto ha agravado los problemas de tráfico en la capital, donde los ciudadanos han optado por acudir en autobús a sus trabajos.
Al mismo tiempo, escuelas, hospitales y compañías privadas han prestado más atención a su seguridad para evitar cualquier imprevisto que pueda poner en peligro la vida de la gente.
La situación es aún más difícil porque el Ejército ha tenido que hacer frente a cientos de llamadas de urgencia falsas que retrasaron la atención de las auténticas.
Un ejemplo de esto lo constituye la zona de Stratclyde, en el oeste de Escocia, donde las Fuerzas Armadas recibieron 239 llamadas falsas.
El Gobierno ha pedido a la población que utilice el número teléfono normal ante una emergencia (999), que contesta la policía y, en este caso, el servicio de guardia del Ejército.
El FBU, formado por 52.000 miembros, ha programado otras tres huelgas antes de que termine el año.
El primer ministro británico, Tony Blair, ya ha dejado claro que "ningún Gobierno de la Tierra" estaría dispuesto a aceptar el aumento del cuarenta por ciento que piden los bomberos.
Según el Ejecutivo, ceder ante un reclamo así puede afectar la economía y causar un aumento de la inflación porque otros sectores, como los maestros, las enfermeras o los policías, pueden seguir el ejemplo para exigir una mejora espectacular de sus salarios.
El viceprimer ministro británico, John Prescott, principal negociador del Gobierno con el sindicato de bomberos, dijo hoy en el Parlamento que la oferta ofrecida por la Administración es "la clave para resolver esta disputa".
La huelga fue convocada después de que fracasaran las intensas negociaciones de las últimas semanas entre el sindicato que agrupa al sector y el Gobierno, que ofreció un aumento del 11 por ciento en el salario de los trabajadores.
El conflicto, según los comentaristas, amenaza con transformarse en la crisis industrial más importante que afronta la Administración laborista desde que llegó al poder en 1997.
El líder del opositor Partido Conservador, Iain Duncan Smith, pidió hoy a Blair que cancele su viaje de este viernes a Varsovia, donde espera participar en una reunión del Partido de los Socialistas Europeos.
EFE