En el museo de la Coca-Cola, con sede en Atlanta, Georgia, se exhiben 160 banderas de los países donde se produce y se vende este refresco. Nadie, ni la misma competencia refresquera, parece dudar que la Coca-Cola se ha convertido en un verdadero Goliath, el cual captura aproximadamente el 77% de las ventas de bebidas gaseosas en el exterior de los Estados Unidos. La Coca-Cola se ha globalizado dramáticamente. Aunque muchas compañías están explorando y descubriendo los mercados extranjeros, la Coca-Cola los ha conocido por más de un siglo. En la última década del siglo pasado, la multinacional entró a Cuba y Canadá; en los veintes de este siglo, penetró en Europa, y en medio de la Segunda Guerra Mundial, abrió 64 plantas en el extranjero. Hoy en día, al aumentar la demanda de bebidas gaseosas, la Coca-Cola sigue en plena expansión y compitiendo ferozmente. En nuestro continente, “coca” se ha vuelto sinónimo de cualquier refresco, aunque sea de sabor y, por supuesto, de otra marca. La empresa, a pesar del éxito, nunca ha sido complaciente.