Claramente, los norteamericanos necesitan de las drogas para vivir. No es concebible que las drogas desaparezcan por interrumpir su flujo. El problema es la demanda tan extraordinaria de todo tipo de drogas de parte de gentes de todos los niveles, desde niños a mujeres y adultos. Las drogas, incluyendo el alcohol, cambian la conciencia de los individuos, al menos temporalmente, y debido a las presiones de la vida moderna, las gentes acuden a las drogas como el único recurso para adaptarse a una realidad. La novedad para los americanos es la metamfetamina, que está reemplazando a la cocaína y es mucho más barata. Las salas de emergencia de los hospitales se han visto aglomeradas de personas con sobredosis de esta droga. Sin embargo, no es nueva. Durante la Segunda Guerra Mundial, se usó para luchar contra la fatiga, y se dice que el mismo Hitler era adicto a la metamfetamina. Ahora está documentado que el mismo presidente Kennedy era un usuario regular de esta droga. El aumento reciente se debe a la proliferación de nuevas recetas y componentes para fabricarla.