Basura, aguas residuales, desechos peligrosos, lagos y lagunas además de los ríos principales de México, son contaminados mientras los bosques y selvas húmedas están al borde de la extinción junto a la biodiversidad. Esto no es alguna teoría o suposición, es la realidad y amerita una reflexión puesto que de un entorno limpio y sus recursos naturales, depende la vida y el desarrollo de los pueblos y es probable que los políticos ignoren la dualidad naturaleza-vida.
En este análisis sucinto es saludable recordar dónde nació la vida y presencia de las especies, incluyendo la humana y para ello nos remontamos a las fuentes científicas que nos explican cosas interesantes. Es aceptado que la vida brotó en el agua, en aquellos mares primitivos de aguas hirvientes de hace no menos de 3,800 millones de años, en cuyo seno nacieron los primeros seres vivientes y sin ir más lejos, en el mismo humano tenemos la mejor prueba. El hombre se crea literalmente en el agua, dentro del claustro materno, inmergido en el líquido amniótico que es agua, en el oscuro ambiente de la matriz materna. Ahora, si se hace un estudio físico-químico de los seres vivos, encontraremos que sus estructuras orgánicas están constituidas en su mayor parte de agua, con márgenes de bancos de carne y huesos. Las células que forman los tejidos y órganos, contienen agua con diversas sales y sustancias disueltas. Así por ejemplo, la sangre es agua en sus nueve décimas partes, los riñones son un 80% agua, los músculos 79%, mientras los huesos contienen sólo un 21%. El organismo humano en su totalidad es 70% agua, cuyas pérdidas insensibles de agua son por la respiración, el sudor, la orina, heces fecales, entre 1,500 a 3,000 mililitros diariamente que hay que reponer obligadamente en menoscabo de su salud.
Por otro lado, los relatos históricos en relación del agua con la civilización en el decurso del tiempo, siempre señalan que los asentamientos humanos fueron, han sido y son, cerca de las fuentes de aprovisionamiento del recurso más importante para la vida. Esta enseñanza obliga a volver la mirada al binomio naturaleza y vida, el entorno y sus recursos naturales, los que hay que conservar sin ignorar su importancia para la supervivencia humana y el desarrollo sustentable, como el hábitat de los humanos y demás seres vivos, que conforman las cadenas biológicas. Bellos ejemplos existen a emular, como aquellos hombres cuyos pensamientos son con el afán de la supervivencia, subordinando el egoísmo y el ansia de poder individual, de grupo o de partido, a un sentido de bienestar general enfocando sus energías emocionales y razón, al desarrollo de conceptos éticos que permiten la organización social y productiva y una paz estable.
En el análisis nacional, en forma resumida, se sabe que en México existe una estructura hidráulica con 2,200 presas de almacenamiento, con capacidad de 120,000 millones de metros cúbicos y se conoce que la mayoría de lagos, lagunas y ríos están contaminados y sólo queda un 5% de agua potable, volumen reducido para los más de cien millones de mexicanos.
Por lo que respecta a la región lagunera, por los prolongados períodos de sequía con ciclos de once años, la tala inmoderada de los bosques y el sobrepastoreo, el avance de la desertización y el fenómeno de albedo, el efecto de invernadero por gases, humos y polvos en todos los países, se han trastornado los climas con una mayor ausencia de lluvias en el altiplano norte. Esto hace que La Laguna en la actualidad, sólo cuente con las reservas subterráneas o acuífero principal, para el sostén del consumo humano, la industria y urbano, mientras las presas contienen sólo un 16% de su capacidad, los ríos con un estiaje jamás visto, lo que provoca la reducción de los cultivos agrícolas hasta su mínima expresión.
Es notable también que se ve con tristeza y preocupación que el pensamiento de aquellos hombres que buscaban el bienestar general anteponiendo el egoísmo ha quedado atrás y ahora con el mito de una renovación política del cambio, se aprecia que las cosas continúan igual. La prueba está que en los programas de los nuevos políticos y autoridades gubernamentales, olvidan por completo que la ecología, estudio de la naturaleza y sus recursos es fundamental para la supervivencia y el desarrollo de los pueblos como así se ha demostrado. Ya no es el poder, las diversas ideologías ni doctrinas, ni el protagonismo demagógico la solución. Han sido rebasados por el pueblo, con sentido de la demokrasis, que es el orden y la justicia con armonía, en el derecho.
La Laguna, polo de desarrollo importante, ha sido sesgado en la protección de los recursos naturales, porque no se aplica en forma conurbada la Ley General de Protección al Ambiente, por lo que en estos momentos, en los que existe una grave crisis de agua, no existen programas de la recarga del acuífero y protección del agua, atmósfera y suelos, por lo que es urgente la participación y el apoyo de la ciudadanía, de los sectores productivos y fundamentalmente de la buena voluntad política de los tres niveles de gobierno.