Ramón Ramírez fue lo destacado de Chivas, ayer en la derrota frente a Santos Laguna en el Estadio Corona; el jugador nayarita anotó un golazo para empatar el marcador a uno y su accionar en el terreno de juego fue más que aceptable; Ramón está casi recuperado de su lesión, producto de aquel lamentable accidente cuando se dirigía al aeropuerto de Guadalajara para viajar al Distrito Federal a incorporarse a la Selección Nacional.
Ayer una vez más el público de La Laguna se metió con el jugador que en el Verano 97 cambió de aires y de Santos pasó a las Chivas Rayadas del Guadalajara; después vino aquella transacción al América y posteriormente pasó a Tigres, para regresar de nueva cuenta al Rebaño Sagrado, en donde se mantiene en la actualidad.
Leticia Albores de Ramírez nació en Torreón y por esas cosas del destino conoció a Ramón, la pareja decidió unir sus vidas y eso tiene muy ligado al jugador con La Laguna, la tierra que futbolísticamente lo dio a conocer en la Primera División.
Respecto a la situación de su marido, Leticia Albores de Ramírez decidió manifestarse y tocó un tema que aún no se olvida y emerge en cada visita del volante nayarita a Torreón, para enfrentar a Santos Laguna.
“Todos sabemos que Ramón Ramírez inició su carrera en Primera División con Santos Laguna, en donde militó varias temporadas, siempre dio su mejor esfuerzo y fue el primer jugador llamado a la Selección Nacional que representó a nuestro equipo, además de ser nominado Novato del Año”.
La señora de Ramírez prosigue con sus palabras; “aquí Ramón sufrió una lesión muy seria que lo tuvo incapacitado mucho tiempo y por poco termina su carrera, fue transferido al Guadalajara y por malas interpretaciones de algunos reporteros se hizo creer a la gente que él había traicionado su equipo Santos, una situación falsa que hasta la fecha se cree, cuando Ramón únicamente tiene motivos de agradecimiento para este equipo y para esta ciudad”.
El relato de Leticia Albores continúa al señalar; “por cuestiones del destino Ramón sufrió un accidente automovilístico del cual él no fue culpable y repercutió tanto en su persona como en su familia, ya que estuvo incapacitado por espacio de un año, tiempo en el cual perdió su trabajo, su nominación a la Selección Nacional, su estabilidad, tanto económica como moral, y su salud. Después de todas esas vicisitudes todavía la gente, amparada por la multitud, le grita “asesino”, a sabiendas de que cualquier persona está expuesta a tener un accidente de esas características”.
A continuación, Leticia Albores toca un tema tan delicado como real en el seno de Santos Laguna, al señalar; “recordamos que uno de los jugadores más queridos del equipo Santos tuvo un accidente automovilístico con los mismos resultados y no por eso se le va a etiquetar de esa manera. Todos en esta vida podemos tener éxitos y fracasos, pero nadie, absolutamente nadie puede aventar la primera piedra”, concluyó.
Como si fuera ayer se recuerda aquella liguilla que Chivas le ganó a Santos Laguna en el Verano 97, el equipo tapatío llegó al aeropuerto de Torreón y Ramón Ramírez fue claro en sus conceptos, al señalar en aquel entonces; “le debo mucho a Santos y a La Laguna, por lo que es muy especial esta liguilla, ante el equipo que me dio la oportunidad de debutar en primera división y al que desde luego, me gustaría vencer”.
Fue, en efecto, un problema de interpretación, el cual después de cinco años, algunos aficionados no olvidan; Ramón se fue de Santos en el mejor momento de su carrera y quizá no se perdone haber elegido Chivas, porque jugadores como Héctor Adomaitis y Benjamín Galindo también cambiaron de aires, pero en forma contraria, cada visita a La Laguna representa para ellos un verdadero homenaje de los aficionados.
Ayer, algunos “aficionados” de Sombra Sur, pegados a Plateas, llamaron a Ramón “asesino”, en una clara muestra de fanatismo enfermizo que no debe existir en los escenarios deportivos, pero que por ahora confirma las palabras de Leticia Albores de Ramírez. En ese mismo sector de la tribuna un aficionado que se hizo acompañar de su esposa, lanzó una botella de agua a la cancha, ese objeto estuvo muy cerca de golpear al juez de línea; afortunadamente no sucedió así, el público reaccionó y denunció al infractor, el cual, de inmediato fue sacado del inmueble por elementos de seguridad; ¿quién denunciará a aquellos que escondidos entre la multitud dedican cualquier cantidad de insultos y ofensas a un grupo de seres humanos que sólo salen a la cancha a realizar su trabajo?