La invasión de terrenos en el bordo de protección del Río Nazas a la altura del Parque Industrial Lagunero en Gómez Palacio, constituye un acto de provocación que denigra a la vecina ciudad y a toda la Comarca Lagunera. Lo anterior justifica los reclamos de los Presidentes de la Cámara de la Industria del Vestido y de la Cámara de Comercio, en el sentido de que el asentamiento ofrece una imagen de inseguridad que ahuyenta a los inversionistas nacionales y extranjeros que concurren a esa área fabril con el objeto de hacer negocios.
Es cierto que todo ciudadano tiene derecho a una vivienda digna pero en el caso, la apatía mostrada por las autoridades en cuanto a la reubicación de los posesionarios, corre al parejo de la impunidad de que gozan los pseudo líderes que manipulan la invasión ilícita. En el caso se trata de la “Ccudepo”, pequeña pero agresiva organización política de aparente oposición, que históricamente ha sido útil a los gobiernos de estado y municipio en el control de movimientos populares.
La invasión que es objeto de comentario ocurre con el añadido de que la franja de terreno involucrada, corresponde a la ribera del Río y por ende, se trata de propiedad federal que es responsabilidad de la Comisión Nacional del Agua. El peligro que representa para los posesionarios, el asentar sus viviendas en una superficie de tales características, ofrece un argumento adicional para exigir a las autoridades de los tres niveles de gobierno que hagan algo al respecto.
Los reclamos de los empresarios deben ser escuchados por las autoridades, que deberán proceder a una solución de fondo del asunto que nos ocupa, que incluya la atención del problema de vivienda que padecen los invasores. La existencia de planes y programas de gobierno para tal efecto, priva de toda justificación a la invasión que más que otra cosa, se presenta como un acto provocativo con fines políticos de muy corta visión.