El hallazgo conjunto del Fideicomiso y Consejo Consultivo de Seguridad Pública, en el sentido de que no coinciden los gastos manifestados por el municipio de Torreón en cuanto al gasto de combustible de las patrullas en relación con el kilometraje de las mismas, cuestiona en forma severa a la autoridad. Lo anterior sin embargo, también interpela a los propios integrantes del Fideicomiso y Consejo de referencia, pues se trata de un problema añejo y desatendido.
El programa de modernización de la Seguridad Pública en el estado de Coahuila, que en el caso de Torreón data de la época del alcalde Salvador Jalife, en la presente administración sufrió una baja sensible en cuanto a la frecuencia de las rondas de patrullaje. Esta es una realidad denunciada por la ciudadanía en todos los tonos, que ha sido negada en forma sistemática por Alcalde, Jefes Policiacos e integrantes del Consejo Consultivo.
Por ello causa desazón que a estas alturas, venga a reconocerse esta situación que explica en parte, el porqué no haya resultados positivos en la prevención y combate a la delincuencia, no obstante la enorme cantidad de recursos humanos y económicos empeñados en la tarea. La falta de rendimiento mencionada carece de toda justificación y lo mismo puede decirse de la falta de supervisión oportuna, que es responsabilidad del referido Consejo Consultivo.
Llaman la atención las declaraciones del Presidente del Consejo quien sin que medie pregunta al respecto, insiste en que el organismo “no ha estado ni estará en sumisión a las decisiones de la autoridad y señalará en su tiempo las irregularidades...”. No se expresa con claridad a qué sumisión se refiere el consejero ciudadano pero en cambio, sí es posible asegurar que hasta el momento, el Consejo no ha señalado de manera oportuna los males que aquejan a la policía de Torreón.