La crÍtica que basada en su propia argumentación acaba de formular Ricardo Pascoe Pierce al Partido de la Revolución Democrática, debe hacer reflexionar a su dirigencia, pues si de algo está urgida la república en los tiempos que corren es de partidos políticos fuertes con una ideología definida que le permitan al país establecer el rumbo que requiere para salir airoso de la transición que actualmente vive.
Los argumentos de Pascoe no pueden menospreciarse, pues en efecto, ningún partido político debe responder a los intereses de grupos en menosprecio de las ideas que deben privilegiarse con la finalidad de que cada partido sea capaz de elaborar un programa sólido en el que se incluya la forma de solucionar a los grandes problemas nacionales, porque de ahí debe surgir necesariamente la coincidencia en puntos fundamentales a favor de los mejores intereses populares.
Si un partido político carece de programa y su supuesta “ideología” en una mezcla amorfa de intereses políticos, ese partido estará irremediablemente condenado al fracaso. Y si la dirigencia del PRD estima que por haber logrado algunos triunfos electorales y conservar el gobierno del Distrito federal, está en el camino correcto, corre el riesgo de sufrir una grave decepción en las próximas elecciones federales.
Aunque en términos generales se puede decir que el abstencionismo sigue siendo la constante en la gran mayoría de los procesos electorales, nadie puede negar que la ciudadanía se encuentra cada vez más madura y consciente de que su voto es determinante para elegir a sus representantes populares, de manera que ni el PRD ni ningún otro partido puede pretender el favor de la ciudadanía si no consolida una ideología y estructura un programa de gobierno que pondere los intereses del pueblo por encima de cualquier otro.