El debate público permanecerá en un bajo nivel en nuestra comunidad, mientras no esté sustentado en un análisis de las cuestiones de que se trata. Lo anterior viene comentario en razón de dos sucesos recientes en el rubro de la Seguridad Pública: La inauguración por parte del gobernador Enrique Martínez del nuevo edificio de dicha dependencia en la esfera municipal y la adquisición de un helicóptero por parte del Gobierno de Coahuila.
Se trata de dos hechos importantes, el primero no ha sido cuestionado por el momento y representa un activo inmobiliario para resolver las necesidades actuales y de largo plazo en el renglón respectivo. La compra del helicóptero en cambio, ha dado lugar a que el Presidente del Fideicomiso Regional para la Seguridad Pública cuestione la decisión gubernamental, porque según dicho personaje, existen otras prioridades.
El Gobernador responde que Coahuila no se puede quedar atrás, porque otros estados como Nuevo León y Chihuahua y “hasta Zacatecas”, cuentan con uno o varios helicópteros. Ni el Gobernador ni el Presidente del Fideicomiso, se ocupan de hacer un planteamiento que justifique o descalifique la adquisición del costoso aparato, en base a un análisis en el que se expresen a detalle y en concreto, las razones de apoyo u oposición en uno y otro sentido.
No se trata de realizar un pesado ejercicio de justificación que abrume el ánimo de gobernantes y la atención de gobernados. Se trata de que cada acto de autoridad, esté sustentado en un sencillo pero convincente planteamiento práctico en el que se analicen los objetivos a conseguir y la conveniencia de aplicar tales o cuales medios al costo que corresponda, haciendo un trazo de alternativas que permitan comparar costos y argumentos a favor y en contra, cosa que no ocurre en el caso que nos ocupa.