La aparición de anomalías en la operación del relleno sanitario intermunicipal, que opera la empresa Promotora Ambiental como concesionaria del servicio de limpieza en nuestra ciudad, obliga a una mayor vigilancia por parte de las autoridades. Lo anterior porque la semana pasada en reportaje realizado por El Siglo de Torreón, se observó que por varios días la basura estuvo a cielo abierto, lo que contraviene las disposiciones legales aplicables a esta clase de confinamientos residuales.
Una vez aparecida la nota periodística, la empresa procedió a corregir el entuerto y a cubrir los desperdicios en términos reglamentarios, al tiempo que negó las evidentes deficiencias. En entrevista posterior que concedió a este medio el gerente de PASA, con la intervención de un investigador ambientalista del Tecnológico de la Laguna, el vocero de la empresa se excusó de responder a los cuestionamientos de reportero y catedrático, aduciendo requerir apoyo técnico para contestar.
Lo anterior implica falta de vigilancia de las autoridades de los tres niveles de gobierno sobre el relleno sanitario en cuestión, que se confirma con el reconocimiento de que la Procuraduría Federal de Protección Ambiental hace visitas de inspección de una a tres veces por año. En todo caso la obligación de supervisar compete en primer lugar al Municipio de Torreón, porque la operación del relleno deriva de una concesión, otorgada por el gobierno de esta ciudad.
Lo cierto es que las fallas en la operación deben ser evitadas por medios preventivos y de vigilancia y sobre todo, determinar si existen o no los vicios estructurales que atribuyen al relleno algunos ambientalistas. En ese caso se debe proceder a la corrección, para responder a los cuestionamientos que se hacen al relleno, cuyo cambio a extramuros en la ciudad durante esta administración, tal vez sea el logro más relevante del Ayuntamiento en funciones.