Mañana es día de elecciones para renovar ayuntamientos y Congreso en Coahuila, lo que ofrece una oportunidad única de participación a la ciudadanía para decidir el futuro de nuestra ciudad y estado, durante los próximos tres años. La importancia del evento enmarca el derecho de votar que corresponde a cada ciudadano, como medio para formar la voluntad de gobierno, lo que al propio tiempo, implica un deber jurídico y por ende una obligación.
Las elecciones estarán regidas por una nueva legislación electoral y órganos recién integrados, cuyo estreno será puesto a prueba a la luz de la calidad de los resultados en orden a la limpieza y transparencia que mandan los tiempos que corren y merecemos los coahuilenses. Este compromiso obliga a todos los actores políticos pero en especial a las autoridades estatales y municipales en funciones, que deberán ser garantes del voto razonado, libre y secreto, que es la base de nuestra democracia.
La parte de la tarea que corresponde al ciudadano común es la de ir a votar y para ello, es menester que cada uno de los torreonenses se convierta en un promotor del voto en su entorno familiar y social inmediato. Sólo una votación abundante aportará el ingrediente de legitimidad que requieren las autoridades que resulten electas y determinará en gran parte la calidad de nuestra vida pública regional en los próximos tiempos.
Dado que uno de los defectos que presenta la legislación electoral de Coahuila, apunta a las restricciones a la observación y vigilancia por parte de organismos no gubernamentales, es menester suplir esa deficiencia con el activismo de cada ciudadano que asegure la limpieza de las elecciones. Que nadie decida por nosotros; de la participación de los hombres y mujeres libres de Torreón en el proceso, depende nuestro futuro y el de nuestros hijos.