EDITORIAL Columnas Editorial Caricatura editorial

Nuestro entorno/“La autoridad no se comparte, se ejerce”

Alan Acoyani

Guillermo Anaya Llamas, el presidente municipal electo tiene en estos momentos uno de los retos más interesantes de su trayectoria política, el de demostrar a la ciudadanía que realmente tiene deseos de servir a la comunidad y contribuir al crecimiento y modernización del municipio que lo vio nacer y que no viene como algunos de sus antecesores a llenar sus bolsillos con dinero del erario y a hacer jugosos negocios junto con sus colaboradores.

Para demostrar lo anterior, es necesario que el Alcalde Electo, dé a conocer desde ahora su programa de gobierno en donde se resuma la actitud a tomar en cada uno de los problemas que en este momento enfrenta la comunidad torreonense, pero no se trata solamente de hacer una lista de buenas intenciones y de recordarnos que se tienen graves problemas con los comerciantes ambulantes que mantienen invadidas las calles y banquetas en el primero y segundo cuadros de la ciudad, además de los paseos públicos.

Tampoco se trata de que recuerde el dominio que ejerce en las calles de la ciudad el llamado “Pulpo Camionero” y que hasta el momento las autoridades que le han antecedido no han podido con los concesionarios, a los que autorizan aumento en los pasajes sin que éstos mejoren el servicio ni las unidades en que lo prestan.

Otros aspectos que podría poner en la lista de pendientes son las reformas al bulevar Independencia para hacer de esta arteria una vía de desfogue moderna y segura para automovilistas y peatones. También entre los pendientes tiene la construcción de un estacionamiento digno y suficiente que permita la rehabilitación del Centro Histórico de Torreón, ahí donde se ubicará el Teatro de la Ciudad, el Museo Arocena, el centro cultural en que se convertirá el Casino de la Laguna y un futuro museo en lo que era el Banco de México.

En fin, son muchos los compromisos que se tienen pendientes y que no han sido atendidos por las autoridades municipales y que a partir de enero quedarán en manos de Guillermo Anaya, quien dicho sea de paso, si quiere demostrar su cariño por Torreón, deberá hacer un listado de pendientes y darlo a conocer, pero con fechas de cumplimiento y estableciendo un compromiso serio con la ciudadanía.

En un libro de Daniel Cossío Villegas, al referirse a Porfirio Díaz, indica que el ex dictador, cuando gobernaba México, si quería solucionar un problema que se le presentaba, de inmediato tomaba cartas en el asunto y giraba instrucciones; si quería dilatar la solución, le giraba instrucciones a sus colaboradores para que analizaran el asunto y si quería que no se solucionara el problema de marras, procedía a nombrar una comisión que se enterara del caso. Esperemos que Don Guillermo se olvide de las comisiones y que él personalmente se aboque a atender los principales reclamos de la ciudadanía.

Debe tomar en cuenta nuestro próximo Alcalde, que no se gobierna por consenso, la autoridad no se comparte, se ejerce, con decisión y con pantalones, pero sin caer en la represión y si Memo quiere ejemplo de buenos gobernantes que pese a haber sido criticados en su tiempo, ahora son reconocidos por las obras que legaron, que se acuerde de Don Ernesto P. Uruchurtu que fue regente de la ciudad de México durante 15 años y dejó el cargo solamente porque hubo un momento en que llegó a tener más autoridad que el propio presidente de la República Gustavo Días Ordaz. A propósito de Uruchurtu, no acostumbraba andar en cafés, ni oyendo conciertos de música clásica; él se dedicaba a recorrer las calles del Distrito Federal para anotar en dónde había un bache, una farola que no encendía o un semáforo descompuesto, además de otras fallas en servicios públicos que de inmediato mandaba arreglar. Si eso ocurrió hace más de 37 años y se podían hacer las cosas, ahora con más razón se debe poder.

Otro ejemplo lo tendrá Guillermo Anaya en el recién fallecido Alfonso Martínez Domínguez, a quien nos referiremos solamente como gobernador de Nuevo León, dejando para mejor ocasión la labor desarrollada como regente de la Ciudad de México.

Martínez Domínguez, en su momento consideró necesaria la construcción de la Macroplaza de Monterrey, así como varios bulevares y vías de desfogue vehicular que en la actualidad son las arterias más importantes, sin embargo, en su tiempo capoteó infinidad de opiniones en contra porque se vio en la necesidad de afectar poderosos intereses políticos y económicos para poder llevar a cabo esas magnas obras, las cuales se lograron gracias a que hubo voluntad política.

Ahora que si quieren a un funcionario ejecutivo, con mano de hierro y guante de seda, no queda más que recordar al profesor Carlos Hank González, un hombre de gran carisma que al construir los ejes viales en la Ciudad de México, se vio en la necesidad de afectar predios, edificios y construcción de algunos amigos y compadres, sin que nunca le haya temblado la mano para ello, seguro como estaba de que el beneficio era para la comunidad y no para unos cuantos aún cuando fueran sus allegados.

Estos son algunos ejemplos de cómo se pueden hacer las cosas y la muestra clara que solamente se necesitan dos ingredientes; pantalones para ejercer la autoridad y voluntad política para beneficio de la comunidad que se gobierna.

Gentes que han visitado la Comarca Lagunera, han comentado a este columnista que al pasar por Gómez Palacio que esa ciudad ha cambiado mucho para bien y eso habla de la positiva labor desarrollada por la alcaldesa Leticia Herrera y la del anterior alcalde, su padre Carlos Herrera; en el caso de Lerdo, también se habla positivamente de Luis Fernando González Achem, quien ha trabajando evitando errores cometidos la primera ocasión que gobernó la Ciudad Jardín.

En Torreón, el Partido Revolucionario Institucional tuvo una buena candidata a la Alcaldía en la persona de Laura Reyes Retana Ramos, desgraciadamente se rodeó de un equipo, “La Burbuja” que en nada le ayudó, incluso algunos de ellos, como el actual primer regidor lograron unificar criterios, (en su contra), al insultar a colaboradores de Laura, al despedir colaboradores de Salomón Juan Marcos y a repartir puestos y canonjías aún antes de ganar la elección. Todo eso trajo como consecuencia la derrota del PRI.

Ganó Guillermo Anaya y tomará posesión de su cargo en menos de dos meses; es bueno recordarle que la ciudadanía toma en cuenta los compromisos serios de beneficio colectivo; que la autoridad se ejerce con pantalones, con sentido social y no por consenso. Torreón ya necesita una mano firme y un proyecto definido.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 8679

elsiglo.mx