Una asignatura que las autoridades municipales han dejado pendiente o más que pendiente, en el olvido, es la referente a la vialidad en Torreón, de ahí que cada día sea un peligro mayor el salir a las calles ya sea a pie o a bordo de algún vehículo.
Contrario a lo que sucede en otras ciudades del interior del país, en donde se respeta a los peatones y se tienen reglas de vialidad bien establecidas y respetadas, en Torreón, han pasado los años y nadie se ha interesado en crear una cultura de vialidad que nos permita contar con calles seguras para todos.
Los reglamentos de tránsito y vialidad son letra muerta, ya que son las mismas autoridades las que fomentan que no se respeten y la prueba de ello se tiene en decenas de vehículos oficiales que carecen de placas y no se diga los automóviles de agentes de Tránsito y de la Dirección de Seguridad Pública, quienes con el solo hecho de colgar un gafete del espejo retrovisor ya justificaron la falta de láminas.
Como parte de los problemas de vialidad que se tienen en Torreón, se encuentra la exagerada semaforización que se ha hecho en algunas calles; no se sabe cuánto cuesta cada semáforo ni quién sea el proveedor de esos aparatos, pero el caso es que en muchos cruceros en donde no se necesitan, se tienen funcionando y en lugar de ayudar a dar fluidez a la circulación vehicular, la entorpecen y en ocasiones hasta propician accidentes vehiculares porque tienen fallas o porque se encuentran mal sincronizados.
Una prueba de la exagerada “semaforitis” que se tiene en esta ciudad, se encuentra en los llamados pares viales que recientemente se pusieron en funcionamiento, en las calles Ramón Corona y Leandro Valle, en donde es un grave riesgo transitar porque nunca se convirtieron realmente en pares viales esas calles, solamente se colocaron infinidad de semáforos, pero no se prohibió el estacionamiento en las mencionadas arterias y ahora se toman como pistas de carreras por parte de los autobuses urbanos que por ahí pasan, además de que al ser vías rápidas, se supone que debe prohibirse el paso de bicicletas y carromatos, pero eso nunca ha ocurrido.
No hay educación vial entre la población, Jesús Jasso Fraire, jefe de la policía, se ha justificado cuando se le ha interrogado sobre este particular, pero la realidad es que a ellos, a los jefes policíacos y de Tránsito les corresponde inculcar esa cultura y nunca lo han hecho, de ahí que en cada esquina el automovilista se pase el alto, no se respetan los carriles de circulación, circulan todo tipo de vehículos por las calles y avenidas que se consideran de desfogue como son los pares viales, la calzada Colón y los bulevares Revolución, Independencia y Constitución, además de que se carece de los señalamientos adecuados para regular velocidad y hay sitios en donde sí existen, pero se contradicen, ya que en una cuadra marcan velocidades límites que son alteradas por otra señal dos o tres cuadras más adelante, tal y como ocurre en el bulevar Revolución.
Torreón ha crecido en forma acelerada en los últimos años y junto a él la problemática vial, desgraciadamente las autoridades municipales nunca se preocuparon por los efectos del crecimiento en materia de vialidad y se concretaron a colocar semáforos por aquí y semáforos por allá. En este momento no se sabe si fue por atender una necesidad de la población o por atender una necesidad del compadre proveedor, pero el caso es que sitios en donde ya había semáforos, se quitaron y se pusieron nuevos, para los “viejitos” regalárselos a municipios vecinos como Matamoros y Francisco I. Madero.
Junto a la adquisición de los aparatos para regular el tráfico vehicular hubiera sido también recomendable impartir seminarios sobre educación vial en las escuelas, intensificar la vigilancia en cruceros conflictivos y realizar una adecuada supervisión de los agentes de vialidad para que éstos se convirtieran en una garantía para la sociedad y no en un ente represivo y “mordelón” como ahora son considerados por los automovilistas.
Habrá quién piense que ya no hay remedio y que Torreón es la ciudad del caos y así seguirá, la verdad es que las autoridades municipales que van de salida poco harán por remediar esta situación, ya que en estos momentos se encuentran más ocupados en que cuadren las cuentas que en atender problemas como la anarquía en vialidad, por lo que corresponderá a la administración panista que está por acceder al poder, el analizar el grave problema que se tiene en las calles y avenidas de Torreón, planificar la solución y ponerla en marcha para beneficio de todos, sin dejar de considerar que la mano dura es necesaria cuando por las buenas no se entiende y más cuando se encuentra justificada la acción por el beneficio de todos.