Inseguridad pública, insuficiente red de agua y drenaje, pavimento en mal estado, vialidades que están mal trazadas, ambulantaje e invasión del primer cuadro por el comercio informal, crecimiento urbano desordenado, fallas en el alumbrado público, prostitución en las calles del centro comercial, burocracia, corrupción y falta de recursos para la realización de obra pública, son algunos de los retos que deberá enfrentar el próximo alcalde Guillermo Anaya Llamas y su equipo de colaboradores.
Es seguro que él ya conoce esos temas y muchos más, como es seguro que debe tener una estrategia para enfrentarlos, los ciudadanos que votaron por él sin duda se encuentran ansiosos de que tome posesión de su cargo, para ver cómo se desempeña en el mismo.
Confían en que siendo un hombre joven, con ideas frescas, tenga una visión más a futuro en beneficio de este Torreón que ha estado abandonado durante muchas administraciones.
Son tiempos nuevos y no se valen ya más pretextos y menos aún pérdidas de tiempo buscando quiénes fueron los responsables de la crisis que padece esta ciudad, de las grandes calles sin pavimentos y de todos los problemas mencionados al inicio de esta columna.
Muchos de los antecesores de Anaya, iniciaron sus respectivas gestiones denostando a quienes estuvieron en la Presidencia antes que ellos, se justificaron en su momento culpando a otros por los problemas heredados, distrajeron la atención de los contribuyentes señalando corruptelas y raterías de otras generaciones y mientras esto hicieron, perdieron el tiempo sin enfrentar el reto que representaba gobernar un municipio joven, pujante y en constante crecimiento, por eso, la historia en lugar de mantenerlos como gobernantes ejemplares, los ha dejado en el olvido.
Es tiempo de cambiar los paradigmas, es tiempo de que se gobierne con sentido social, con transparencia y con equidad, fomentando la creación de más y mejores servicios, fomentando la inversión y la creación de fuentes de empleo.
Es tiempo de que se tome al toro por los cuernos y que se atiendan los problemas que a todos aquejan.
Sin duda que al inicio de la gestión de la próxima administración municipal se encontrarán algunas irregularidades en determinados departamentos municipales, pueden detectarse en un momento determinado desviaciones de recursos, comprobarse actos de corrupción, personas que cobraron y jamás trabajaron y todo un sinfín de situaciones que pudieran ser constitutivas de delito o de sanción administrativa, pero sería un error que el Alcalde se dedicara solamente a dar a conocer esos detalles; los torreonenses no son tontos, saben que existen y están ansiosos no de que se les publicite, sino de que se corrijan y que se proceda conforme a derecho, pero sin descuidar la tarea primordial que es gobernar, y gobernar para bien de todos.
Los afanes protagónicos y exhibicionistas no deben asumirse por parte de Guillermo Anaya, pues ya de sí es mucha la responsabilidad que caerá sobre sus espaldas como para que pierda tiempo y esfuerzo en inútiles “Cacerías de Brujas”.
Nada de echarle la culpa de los problemas a Salomón Juan Marcos o Javier Garza de la Garza, menos a otros que hayan estado antes, simplemente los problemas existen, aquí están y hay que resolverlos.
Será necesario para esto, que Guillermo Anaya se rodee de un equipo capaz de responder al reto de la ciudadanía, gente que tenga convicción de servicio, preparada, con capacidad de respuesta casi inmediata, porque los torreonenses han esperado mucho a que se atiendan las deficiencias que padecen, ya es tiempo de que alguien responda bien y pronto.
También es justo reconocer que Guillermo Anaya, el próximo alcalde, no hará nada si no se encuentra respaldado, si no sabe que tiene la confianza de los diferentes sectores de la población y en especial de los empresarios y los integrantes de los diferentes consejos ciudadanos, quienes se supone que están para auxiliar con asesorías a los gobernantes. Que cumplan su función entonces y que apoyen a las autoridades, pero que lo hagan en forma propositiva, de buena fe y convencidos de que sólo de esta forma se podrá sacar adelante a este municipio que espera mucho de todos y que cada día despierta esperando encontrar algo nuevo en el camino hacia el progreso, pero si entre todos no hacemos ese algo nuevo, nunca lo vamos a encontrar.