GÓMEZ PALACIO, DGO.- La ola de abusos y violencia con la que actúan algunos elementos del Grupo Operativo de Reacción Inmediata no se detiene, y del último caso tienen conocimiento Asuntos Internos de la DSPM, La Comisión Estatal de Derechos Humanos y la agencia del Ministerio Público, donde se espera la consignación del caso a los juzgados penales.
“No se pude violentar la tranquilidad de un hogar con el argumento de actuar contra delincuentes”, dice María Gloria Carrillo Soriano, ama de casa de la colonia Fidel Velázquez, quien sufrió los excesos en la actuación de los elementos de Seguridad Pública Municipal.
En la redacción de este diario, la quejosa narró que el pasado sábado 26 de octubre, dos patrullas de GORIS se metieron a su casa y rociaron con gas lacrimógeno, sin importar la presencia de mujeres y niños.
La reacción inmediata de los policías terminó en la detención de un joven de 16 años, quien después de recibir una paliza aún estando esposado, al final recuperó su libertad cuando los protagonistas de una riña aceptaron su participación y desconocieron al menor golpeado por los agentes.
Los hechos ocurrieron en la casa marcada con el número 862 de la calle Fidel Velázquez de la colonia del mismo nombre, entre la 1:30 y 2:00 horas.
Como principales responsables de la agresión están identificados los agentes Lorenzo de León Montes y Luis Enrique Puentes Lugo, quienes cuentan con un proceso administrativo en la oficina de Asuntos Internos de la DSPM.
El titular del departamento adscrito a la Policía Preventiva, Saúl Pérez, inició la investigación atendiendo la denuncia de María Gloria.
En la agencia del Ministerio Público, después de muchas vueltas, la señora fue atendida y el último informe que recibió le indicaba que la próxima llamada la recibiría de los juzgados penales.
El caso también fue notificado a Derechos Humanos y se informó que en un plazo de diez días hábiles, las oficinas en la ciudad de Durango enviarían una notificación al domicilio de la afectada.
“Está bien que vigilen las calles, pero no pueden pisotear nuestros derechos, si actuaron mal deben afrontar su responsabilidad”, dice la afligida ama de casa.
Origen de la riña
Vecinos de María Gloria señalan que en el sector vive desde hace dos años un sujeto de nombre Juan Carlos Frausto, quien constantemente altera el orden y busca enfrentamientos con los grupos de jóvenes que residen en el mismo lugar.
La noche del sábado 26 de octubre, Juan Carlos empezó con sus acostumbrados insultos, pero en esa ocasión sí hubo una respuesta que se convirtió en pedradas y daños a su propiedad.
Según la quejosa, su hijo Javier Flores Carrillo de 16 años, se encontraba pintando la casa y al escuchar la revuelta salió para ubicar a sus familiares que acababan de retirarse después de estar con su madre.
El joven entró a su vivienda y detrás llegaron los elementos del GORI en las unidades 11 y 12, rompieron las cerraduras, otros subieron a la azotea y otros más entraron por el patio.
A la par de esta acción, utilizaron el gas lacrimógeno que incluso a ellos mismos les impidió la entrada, y fue hasta que se dispersó el químico cuando lograron entrar a la casa donde con insultos y agresiones físicas sacaron al joven.
No conformes con el allanamiento, los elementos después de esposar al menor de edad, lo golpearon, provocando la molestia y una reacción de la madre, quien pretendió entrar en defensa de su hijo pero fue recibida con un tolete que la lesionó en el brazo.
“Nosotros actuamos con el derecho que nos da Carlos Herrera”, fue la respuesta que recibió María Gloria al cuestionar a los agentes sobre su salvaje actuación.
Al final procedió la detención, pero también la de los jóvenes que sí participaron en la riña, quienes delante de los agentes desconocieron la presencia de Javier en la riña, motivo por el cual se procedió a su liberación sin el mínimo comentario de disculpas.