Una gran decisión se vislumbra para usted en el horizonte. Pero a medida que analiza, se percata que ha de examinar los riesgos que parecen muy altos. Sopesa oportunidades y sepulta la idea de la acción por los riesgos que conlleva. Entonces su gran problema es la inclinación a evitar riesgos que son necesarios, sin tener ninguna garantía. Pero el progreso, ascender hacia la cima, siempre requieren que inevitablemente se tomen riesgos calculados, sin temeridad. Al considerar demasiado alto el riesgo que entraña un objetivo y se retrae por miedo, entonces siempre se va a replegar y su vida siempre será predecible, pero no excitante ni interesante ni con colorido.