Despierta fresco y renovado, esperando todo lo bueno y glorioso del día, y, por lo tanto recibiendo sólo lo mejor. Relájate. Nunca comiences el día enjodado y tenso. El sueño y el descanso renuevan el espíritu y lo revitalizan. Comienza el día con el pie derecho, con tu corazón lleno de amor y gratitud, colmado de grandes esperanzas para este nuevo día. Hoy no tiene tachas que lo estropeen, ¿por qué no lo dejas así? Mantén tu conciencia elevada al máximo y contempla cómo se desenvuelven los maravillosos acontecimientos. Es un nuevo día y un nuevo camino. Deja el ayer atrás con todas sus fallas y errores. Entra en lo nuevo con un corazón liviano y alegre.