La iluminación no es un logro, sino una plena realización. La iluminación, proveída de estados superiores de conciencia, es estar en paz en cada momento de la vida. El estrés, el miedo y la tensión están en el lado opuesto de la iluminación. La iluminación no cambiará jamás el mundo exterior, pero si nuestra forma de percibirlo. La iluminación no es algo que te libere, sino que tú mismo te conviertes en la libertad. No te conviertes en un águila en el cielo: te conviertes en el cielo. Ya no te defines por limitaciones aprendidas; te conectas espiritualmente con todo aquello que ves y que haces. Empiezas a ver todo lo que te acontece como oportunidad y no como problema. Transmites la paz a todo cuanto te rodea. Mentalmente eres uno con todas las cosas y con todas las personas. Es necesario que siempre intentemos realizar cambios específicos en nuestra manera de afrontar las cosas que nos apartan de la paz. Guarda silencio respecto a tu iluminación o no lo es o deja de serlo.