Observa la clase de consejos que te das a ti mismo y entonces decide si en realidad estás satisfecho con los resultados de esos consejos. Cualquier persona que la quiera hacer por sí misma, primero tiene que descubrir que es suyo y que ha asimilado pasivamente de los demás. Algo excitante ocurre cuando ya no buscas la excitación. El temor al ridículo se desvanece por completo siendo siempre quien realmente eres. Puedes usar tus pensamientos correctamente o puedes dejar que te manipulen. Que sea tu única meta no permitir que la personalidad artificial hable y actúe en tu nombre. Te invito a abrir las puertas correctas del pensamiento y de tu corazón.