Si no elegimos nuestra propia calidad humana, debemos como consecuencia natural ser relegados. El hecho de que tengamos el poder y la libertad de elegir entre crear o destruir nos hace definitivamente humano. ¿Podemos acumular el valor necesario como para utilizar la experiencia humana a hacernos valer como personas, a aprender a realizarnos y a crecer hacia una auténtica plenitud? Pero por lo general el hombre prefiere vivir en jaulas, y de ahí que poco valor se dé como persona, y que solamente busque los símbolos coailes que le atribuyen valor. Como resultado de vivir enjaulados, los seres humanos por lo general pierden su identidad y se menosprecian como personas.