LONDRES .- Un tratamiento que se enfoque en la inflamación que provoca el asma y no sólo en los síntomas podría ser más eficaz en el combate contra esa enfermedad, según un estudio.
Los tratamientos convencionales, que se basan en una simple prueba respiratoria y en detectar síntomas, a veces no pueden evitar un ataque de asma.
Gracias a avances científicos, sin embargo, ahora se puede contar con una advertencia temprana de asma. Un estudio publicado esta semana en la revista médica The Lancet indica por primera vez que al detectar las células en la flema se logró reducir los ataques y como consecuencia, menos ingresos al hospital.
El asma, que es una de las enfermedades crónicas más comunes del mundo, hace que las paredes de los conductos respiratorios pulmonares se endurezcan y se hinchen, provocando episodios de respiración dificultosa, pérdida de aliento, opresión de pecho y tos.
La Organización Mundial de la Salud calcula que el asma afecta a casi 150 millones de personas en el mundo. Los expertos calculan que más de 17 millones de estadounidenses tienen asma. El mal provoca casi dos millones de ingresos al servicio de emergencia y provoca la muerte de unas 5.000 personas anualmente.
Muchos pacientes tienen que tomar medicina a diario a fin de controlar los síntomas y prevenir los ataques.
El número de medicamentos y la frecuencia con que se toman se incrementa conforme aumenta la necesidad de terapia para el asma y decrece cuando el asma está bajo control, según un informe respiratorio y la evaluación de otros síntomas, tales como caminar durante la noche. La situación varía a menudo.
Sin embargo, los células microscópicas llamadas eosinófilis, que causan la inflamación de las vías respiratorias que provocan los síntomas del asma, pueden ser halladas en la flema varias semanas antes del ataque de asma.
"Este estudio señala que la terapia específica hasta medir el nivel de inflamación parece ser mejor que el tratamiento general que se usa actualmente", dijo el doctor Martyn Partridge, principal asesor de la Campaña Nacional contra el Asma que se realiza en Gran Bretaña, que tiene uno de los peores índices de asma en el mundo.
En el estudio realizado por científicos del hospital Glenfield Hospital en Leicester, Inglaterra, 74 pacientes con asma moderada que acudían al hospital con regularidad para recibir tratamiento, fueron elegidos indiscriminadamente ya sea para ser sometidos a la estrategia tradicional del control del asma o para el control de la concentración de eosinófilos en la flema que segregan cuando tosen.
Todos los pacientes fueron sometidos a pruebas nueve veces en un período de 12 meses. Los pacientes que eran sometidos a análisis de flema recibieron medicina adecuada a los cambios de su nivel de eosinófilos.
Entre esos pacientes hubo 35 ataques de asma durante el año, con respecto a 109 ataques del grupo que recibía tratamiento tradicional.