De nulas pueden calificarse las acciones de las autoridades de Torreón y del estado de Coahuila, en relación a la vigilancia y conservación del lecho seco del Río Nazas. Como es del conocimiento, la semana pasada tuvo lugar una ceremonia presidida por el gobernador de Durango Ángel Sergio Guerrero Mier, con la que se dio inicio a una campaña de limpieza con el apoyo de las autoridades del municipio de Gómez Palacio y empresarios de esa ciudad.
De entrada se advierte la cortedad e insuficiencia de las acciones, pues se reducen a la aportación de maquinaria pesada para el propósito indicado por parte de un hombre de empresa gomezpalatino, que realizó labores de limpieza y el traslado de la basura recogida, al relleno sanitario de la vecina ciudad. Lo referido es digno de reconocimiento por venir de un particular, sin embargo, es menester un compromiso de las autoridades seguido de acciones concretas.
Sorprende la falta de interés de la Comisión Nacional del Agua como encargada de las labores de conservación del lecho, así como la ausencia del gobernador de Coahuila en el acto ceremonial. Es cierto que con solas ceremonias no se resuelven los problemas, pero la comparecencia conjunta es un requisito obligado, como inicio de cualquier plan o proyecto común que se instrumente, en relación a éste y a cualquier otro problema que afecte a la Comarca Lagunera en su conjunto.
La ciudadanía espera una acción concertada de los tres niveles de gobierno, que se traduzca en acciones preventivas para evitar la utilización del lecho como basurero y una estrategia remedial, que regenere el medio ambiente en el lecho y ribera del Río. La situación mueve a revivir el viejo proyecto de hacer correr el agua de las presas hasta la altura del Ejido la Concha, a fin de crear un parque a lo largo de cada margen.